#Entrevista: JORGE AGUSTÍ CHUST: «Quiero que los niños estén en un ambiente agradable, pasándoselo bien con sus amigos (el equipo) y con un objetivo claro»

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Hoy hablamos con un joven entrenador que a pesar de su juventud lleva una gran experiencia en los banquillos del futbol base, como entrenador y como preparador de porteros en grandes equipos de su comunidad, la valenciana.

Vamos a conocer la experiencia , el trabajo y opinión de Jorge Chust.

¿Quién es Jorge?

Soy un chaval de 30 años (sí, me considero un chaval aún) de Valencia que, tras pasar por varios trabajos de diferentes ámbitos, tras mucho estudio, esfuerzo y sacrificio (como todos, imagino) ha conseguido llegar a profesional en el difícil mundo del fútbol.

Soy entrenador de porteros de profesión, actualmente en el juvenil A del CD Castellón (División de Honor), pero he pasado por varios roles dentro de un cuerpo técnico: entrenador, segundo entrenador, encargado de material y hasta preparador físico en algunos momentos.

Por si hay alguna duda me gusta el fútbol, bueno, el deporte en general, sobre todo deportes de equipo. Me gusta leer novela histórica y libros de fútbol, veo algo de ánime, ir a la montaña a hacer rutas senderistas y lo más importante para mí son mi familia y mis amigos.

¿Podrías contarnos sobre tu trayectoria como entrenador de fútbol base? ¿En qué equipos has trabajado y qué roles has desempeñado en cada uno de ellos?

Mi historia como entrenador empezó como entrenador de porteros, labor que he ejercido los 10 años que llevo formando a personas de diferentes edades. Como tal he formado parte en muchos clubs de la Comunidad Valenciana: Atletic Foios, Fénix Moncada, CDJ Manisense, Patacona CF, Levante UD y CD Castellón. Además de numerosos campus y clínics.

Sólo he sido primer entrenador dos años consecutivos de un benjamín de primer año en el CDJ Manisense, sin embargo, he formado parte de un cuerpo técnico en todos los clubs antes nombrados, ya sea como entrenador de porteros o segundo entrenador.

He pasado por todas las etapas de fútbol formativo desde “querubines” (en Valencia son los más pequeños) hasta juveniles, en clubs tanto no profesionales como profesionales y tanto masculinos como femeninos. Y también he estado en cuerpos técnicos de primeros equipos en diferentes categorías (regional, preferente, 3º
RFEF…). En los clubs profesionales y las categorías más altas siempre he desempañado el rol de entrenador de porteros.

Sin duda mi rol favorito es el de entrenador de porteros. Te permite crear un vínculo especial con tus alumnos, la cercanía, la gestión de las emociones, las diferencias con los demás jugadores, todo lo que conlleva ser portero me apasiona y por eso elegí este camino.

Como primer entrenador me gustaba la responsabilidad que ello conllevaba y el liderazgo del grupo. Tener un equipo de personas, niños que confían en ti, eres su referente y los lideras en la aventura del fútbol es reconfortante.

Pero quizá, por mi forma de ser, prefiero estar en un segundo plano. Ser segundo me da un poco más de libertad y me quita algo de responsabilidad para poder ser más yo, gastar más bromas, hacer un poco más el tonto con los jugadores.

También hay que diferenciar con qué edades trabajas. Si buscas algo más serio o profesional lo mejor son edades de cadete hacia arriba (creo que no descubro nada), pero si buscas un ambiente más lúdico, sin duda, de infantil de primer año para abajo son mis etapas favoritas para disfrutar más de la parte humana y social del fútbol.

Otro tema también es la profesionalidad del club en el que estés. Según qué escudos puedes actuar de una forma u otra.

¿Cómo describirías tu trabajo en los diferentes equipos en los que has estado? 

Voy a empezar hablando desde lo más global a lo más específico, me explico: como entrenador de porteros ha habido temporadas que he tenido que llevar escuelas enteras, así que empezaré hablando de estas experiencias y luego daré paso a mis vivencias como integrante de un cuerpo técnico para acabar contando mi etapa como primer entrenador.

– En clubs como Atletic Foios, Fénix Moncada o CDJ Manisense (no profesionales) he tenido la oportunidad de entrenar con todos los porteros de la escuela y primer equipo. Esta forma de trabajar era bastante estresante y agotadora, ya que normalmente echabas 3 o 4 horas seguidas de entrenamiento aglutinadas en un solo día, sin descanso entre unas categorías y otras.

Tenías que plantear 4 o 5  entrenamientos específicos distintos, atendiendo a las necesidades de cuatro, seis, hasta ocho porteros he tenido en una misma sesión, que no estén parados, una persona sola atendiendo también a que no se vayan los balones, que de repente un entrenador te quita o te mete otro portero u otros, que te quitan espacio…en fin, todo el que haya tenido la oportunidad de trabajar así sabe de lo que hablo.

El problema de estos clubs no profesionales es que tienes que ser tu propio jefe (hablo de entrenamiento de porteros). Digo que es un problema porque, sobre todo para la gente que está empezando, no sabes si lo estás haciendo bien, no hay nadie con suficientes conocimientos (en general) que te pueda ayudar a mejorar o guiarte. Normalmente los directores deportivos se desentienden de los porteros
(insisto que es en general, no siempre es así ni en todos los clubs no profesionales).

En clubs profesionales sí que tienen un coordinador del área de porteros que no sólo te guía y te acompaña en lo que respecta al entrenamiento, sino que te ayuda en esa comunicación y sinergia con los diferentes equipos con los que entrenas.

– Como miembro de un cuerpo técnico he roleado como entrenador de porteros y como segundo entrenador en todos los clubs antes nombrados (en su mayoría).

Como entrenador de porteros es un lujo poder tener esa cercanía y comunicación con los demás integrantes para cuadrar tiempos, espacios, número de porteros…Se le da mucho más valor a nuestro trabajo de esta forma. Ayuda mucho a darle más calidad a las tareas.

Como segundo entrenador es  muy similar, quizá tienes un poco más de peso en las decisiones y algo más de responsabilidad.

– Para acabar, mi experiencia como primer entrenador. Como he comentado antes sólo estuve 2 años al frente de un equipo (ambos benjamín de primer año). La experiencia con mi primer equipo fue estupenda, sí que es verdad que en lo deportivo no fue un exitazo, pero a nivel grupo tanto con jugadores como con padres fue genial (aún conservo relación con algunas familias). Justo dio la casualidad que fue el año que sufrimos el COVID-19 y no pudimos terminar la temporada, sin embargo, hubo una mejora muy notable del equipo.

El segundo año, me tocó un grupo terrible de personas. Los padres consiguieron que me planteara dejarme el fútbol para siempre, además los resultados tampoco acompañaban y se creó un círculo vicioso.
En resumen, depende el rol y las circunstancias de cada club, de cada equipo te vas a encontrar cosas muy diferentes a muchos niveles. Todos tienes sus cosas positivas y negativas y depende también de tu objetivo personal vas a preferir estar en uno u otro sitio, es decir, que un club profesional no tiene que ser lo mejor y punto, quizá prefieras disfrutar de otros aspectos que te da el fútbol más humilde.

¿Qué objetivos te planteabas en cada etapa y cómo los abordaste?

Como muy bien plantea la pregunta cada etapa tiene sus objetivos. En un club profesional te marcan un poco el camino a seguir y donde se quiere llegar según la edad o las necesidades del futbolista.

Por ejemplo, no es lo mismo los objetivos que nos marcamos en el Levante UD como los objetivos que me marcaba en el CDJ Manisense. Al final los contextos son diferentes. El más determinante el nivel de los jugadores. Es decir, un jugador o portero benjamín de un Levante no va a demandar (espero que se me entienda) los mismos objetivos que un portero de un club de un barrio.

En los lugares donde era mi propio jefe o me daban más libertad elaboraba objetivos a base de leer y estudiar, además de la experiencia propia.

Abordando el tema de la portería, en etapa querubín y prebenjamín (ahora soy partidario de que en esta etapa no debería existir el específico de porteros) mi objetivo era que se movieran mucho y de diferentes maneras, que jugaran con el balón mucho que se divirtieran aprendiendo, que conociesen su cuerpo y como controlarlo. Todo muy enfocado a balón y cuerpo.

En etapa benjamín ya metemos conceptos más técnicos, pero simples. Blocaje, juego de pies, atacar balón, empezamos a caer…sin olvidarnos de esa parte cognitiva de jugar con balón y conocer el cuerpo y sus movimientos.

En alevines ya empiezan a aparecer algunos aspectos tácticos como salida de balón, distancias en el campo, toma de decisión, introducción a fútbol 11 y demás. Todo ello siguiendo con el trabajo técnico y cognitivo.

Infantil es posiblemente la etapa más compleja para el jugador. El cambio al campo de fútbol 11 conlleva un aprendizaje nuevo. A nivel técnico es más o menos igual, sólo que condicionalmente los esfuerzos son mayores. Pero a nivel táctico hay que volver a adaptarse a distancias diferentes, sobre todo en tema de posicionamiento, pero también en tema de fuerza.

Ya en etapa cadete y juvenil el objetivo va a depender mucho del propio portero. Si ha adquirido unos buenos conceptos en sus etapas anteriores el objetivo se va a centrar más en entrenar el apartado táctico del equipo y las necesidades de este para con el portero. Obviamente siempre se puede (debe) mejorar o trabajar aspectos técnicos, psicológicos y condicionales, son cosas que hay que seguir entrenando constantemente ya sea para mejorar o para mantener el buen nivel.

En senior y demás los objetivos también van a estar marcados por el propio portero y por el equipo.

En el rol de entrenador con benjamines, era un equipo con niños que no habían jugado antes al fútbol (la mayoría) y venían de diferentes equipos, es decir, que no era un equipo ya formado sino que tenían que conocerse.

Mi objetivo socioafectivo era crear esa unión entre ellos dentro y fuera del campo. La edad invita a que eso sea más fácil y como la mayoría eran del mismo pueblo se habían visto en la calle y ya había cierta relación.

Como objetivos psicológicos quería que les gustase el fútbol, que se lo pasaran bien, que no les afectase el error, crear sensación de pertenencia. Algún niño venía de familia desestructurada e intentaba que se olvidase de esa situación el rato que estaba, el portero tenía problemas psicomotrices y cognitivos (no graves) y tenía que hacer que se sintiera uno más y el grupo lo aceptase.

Como objetivos técnicos me centré mucho en los pases y en los perfiles del cuerpo para recibir. Y en lo táctico insistí en jugar pases dentro-fuera a nivel ofensivo y agresivos en defensa. Como segundo entrenador he pasado por casi todas las etapas (salvo querubín, pre y benjamín). En general me dedicaba más a los aspectos micro del juego y a la mejora técnica individual de los jugadores.

¿Cómo ves la evolución del fútbol base en los últimos años? ¿Qué cambios positivos y negativos has observado en la formación de jóvenes jugadores?  

En mi opinión, no he visto cambios significativos en fútbol base. Por mi experiencia y recorrido he visto muchas formas de trabajar con fútbol base, unas peores y otras mejores (bajo mi punto de vista). Pero sigo viendo los mismos métodos dependiendo del club, equipo y/o entrenador que veía cuando empecé a entrenar.

Lo que sí que he visto (no sé si nuevo o simplemente por mi trayectoria) es un especial interés por los niños de parte de los clubes. Quiero decir, he visto clubes que conocen los jugadores de todos los equipos y saben a quien quieren fichar para el año que viene y hacen un seguimiento. Vamos lo que es el scouting, pero a niños de fútbol 8 y por parte de clubes no profesionales. Es algo que me sorprendió.

Otro aspecto que me parece muy importante y también he visto es que cada vez se cuida más el tema condicional en jugadores de corta edad. Me parece estupendo que desde pequeños se les enseñe como trabajar nuestro cuerpo para estar sanos, más allá de sólo practicar un deporte, sino de levantar peso, calistenia, cómo hacerlo correctamente para evitar lesiones…me parece un acierto trabajar estas cosas desde pequeños.

En cuanto a algo negativo, bueno, siempre hay malos “profesionales”, pero quiero pensar que es una minoría. Por suerte cada vez está más regulado y es difícil dar con un entrenador o especialista sin unos conocimientos mínimos. También añadiría como negativo las idealizaciones de algunos jugadores demasiado jóvenes y la mala costumbre de tratarlos como si fueran más mayores de lo que realmente son.

¿Cuál es tu filosofía de entrenamiento en el fútbol base? ¿Qué aspectos técnicos, tácticos, físicos y psicológicos priorizas en la formación de los jóvenes?

Hace poco leí un par de libros que recomiendo encarecidamente: “Jugador Nº30” y “Mentalidad de gladiador” ambos de Juan Miguel Bernat, un psicólogo deportivo con una gran trayectoria. Los nombro porque mi filosofía es muy parecida a lo que se trata en esos libros. Me parece que, más allá del juego, es más importante tener un equipo de personas con un objetivo común, comprometidas y contentas. De verdad creo que esa es la base de un equipo ganador.

Extrapolándolo al fútbol base, quiero que los niños estén en un ambiente agradable, pasándoselo bien con sus amigos (el equipo) y con un objetivo claro. El equipo es un ente en sí mismo y a partir de ahí ya trabajamos los demás aspectos.

Depende mucho de la etapa en la que estes, pero si tuviera que decantarme por unos objetivos generales en cuanto a lo técnico sería el buen trato al balón en cuanto a contactos, saber golpear, con qué parte del pie, fuerza, dirección…y el dominio de los perfiles del cuerpo.

En cuanto a lo táctico, a nivel defensivo una fuerte presión tras pérdida he ir muy agresivo a por balón. A nivel ofensivo mucho pase rápido y movimientos constantes para dar líneas de pase (pasar más correr), desde una estructura estable que permita tener mucha gente por delante de balón. Y a nivel físico o condicional jugadores equilibrados y rápidos, que puedan hacer cambios de ritmos potentes.

Como especialista en porteros me voy a permitir hacer un apartado para este jugador:

A nivel técnico para mí los dos aspectos clave son la forma de atacar un balón (posición manos, muñecas, dedos, brazo…) y la técnica de golpeo de balón, ya sea para jugar en corto o en largo. Cada vez, se demanda un portero más completo que sea bueno con los pies (en el siguiente párrafo seguiremos con este tema), que pare los balones, que comunique, que no falle. Por eso creo que una buena técnica de pies y una buena técnica de parada es lo básico.

En el apartado táctico ha de ser inteligente para ayudar en la salida de balón de su equipo. Debe tener una buena lectura de juego, saber el modelo del equipo, entenderse con sus diez compañeros, encontrar en pase perfecto. Todo ello bajo la presión del rival. Claro, yo intento que lo primero es que miren sus compañeros cercanos para mantener la posesión de balón, si no hay opción mirar intermedios y sino buscar línea avanzada con golpeo.

Atendiendo a lo condicional veo fundamental la estabilidad y el control corporal. Desde tener un buen equilibrio tras una frenada y estar bien coordinado ya tienes la mitad del trabajo hecho. Después por supuesto hay que trabajar muchas más cosas como tren inferior, superior, velocidad de reacción, movilidad (especial de cadera)…

En lo psicológico hay que tener mucha resiliencia. Te van a caer críticas de todas partes, incluso de tus propios compañeros o entrenadores (por no hablar de padres), incluso cuando sólo hayas cometido un fallo de veinte acciones, aunque la culpa no sea tuya (lo que yo llamo “comentario de bar”).

Todo el mundo, la mayoría con poca idea de fútbol de verdad, va a ver sólo un error del portero y se van a aquedar en eso, y esta situación es difícil de gestionar. Siempre teniendo claro que va a depender de la persona, pero siempre se va a resentir. Es lo que se llama “la soledad del portero”, eso es lo que intento sosegar con mis pupilos. Entonces, este sentido me parece clave, el trabajo de una mentalidad que sólo saque beneficio del error.

¿Cómo es tu día a día en tu equipo actual? ¿Qué objetivos te has marcado y cómo estás trabajando para alcanzarlos?

Como ya he comentado con anterioridad, actualmente soy el entrenador de porteros del Juvenil A del CD Castellón. En un día normal el cuerpo técnico tiene una reunión pre-sesión para terminar de concretar los detalles del entrenamiento.

Ya en campo se empieza con un trabajo de fuerza y en la activación los porteros ya comienzan el específico conmigo para luego integrarse en tare con el equipo. Acabada la sesión, el cuerpo técnico se vuelve a reunir para valorar la sesión y prepara la siguiente. Depende del día puede haber vídeo, mejora individual de algún jugador u otra dinámica.

Es un trabajo sacrificado en el que se invierten muchas horas. En mi caso, voy en tren a Castellón desde Valencia (una horita más menos). Empezamos sobre las 8:30 y acabamos sobre las 15:00, eso sólo con el juvenil, después, depende el día tengo entrenamiento de porteros por la tarde con el CD Castellón (fútbol 8) o tengo que volver a Valencia para ejercer de segundo entrenador en Patacona CF. Es casi unas 24 horas de fútbol.

Soy segundo entrenador en un infantil preferente en un club semiprofesional, Patacona CF. En este equipo el entrenador pasa la sesión por el móvil al CT (compuesto por 3 personas) horas antes de que empiece el entrene y si hay que hablar algo se hace 10 minutos antes de empezar el entrene, sin más.

Como objetivos personales quiero seguir mejorando en todo lo que hago, quiero que mis jugadores y porteros aprendan todo lo posible, a ser posible llegando ellos a la respuesta. Siempre siguiendo las pautas y la metodología que marca el club, pero dando mi experiencia, mi propia opinión y mi personalidad.

Los fines de semana, cuando no coinciden partidos de los equipos, tengo dos partidos. Con el Patacona por lo menos son cerca de casa, pero con el Castellón nos puede tocar ir a Cuenca, Albacete, Murcia…cualquier lugar con equipo en el grupo 7 de División de Honor. Al final de la semana son muchas horas ocupadas por el fútbol. Sin contar las horas extras que se hacen de vídeo análisis, elaboración de tareas, dinámicas con jugadores y demás.

¿Cómo abordas el aspecto psicológico con los jóvenes jugadores? ¿Qué estrategias utilizas para manejar la presión, la motivación y la confianza en ellos?

Cada persona o niño es mundo, pero llevándolo a lo general tiendo a alabar o a destacar mucho los comportamientos, acciones o toma de decisiones que me parece que nos acerca a nuestro objetivo, mientras que tiendo a ridiculizar el error hasta lo absurdo para que aprendan de él, pero que se den cuenta de que sus consecuencias no van más allá del propio deporte. Que no por haber fallado una vez son los peores, ni son los únicos responsables de que ese error nos haya costado más o menos puntos, una posición más arriba o más abajo. Se le ha de dar la importancia que tiene, ni más ni menos.

En el caso de los porteros es más complejo de llevar el tema psicológico por la posición que es. Sólo dos jugadores para ocupar una posición (suplencias), un fallo de éstos conlleva consecuencias más importantes, han de controlar muchas cosas en el campo, ser habilidoso en muchos aspectos. Hay que crear un ambiente en el que no falte la competitividad, el buen ambiente, el tener muy presente aspectos cuantitativos para tener justificación en caso de suplencias…no es tan diferente a lo del resto de jugadores, pero hay que tener más precaución si quieres tener a los 2 o los 3 conectados y preparados para lo que pueda pasar.

En cuanto a estrategias, como he dicho antes, cada persona es un mundo. Para manejar la presión, pues eso, minimizar los errores hasta lo absurdo, reírnos de ellos, siempre sacando una lección de cada uno. Por ejemplo, un penalti fallado en un partido (sin importar si era un partido decisivo o no) el lunes en el entrene le sueltas una broma sobre el hecho: “El portero era tue colega”, “Eres buenísimo en X, pero malísimo tirando penaltis”, “Es imposible que vuelvas a tirar un penalti conmigo de entrenador”, “Menuda cazuela llevas en el pie”…siempre en tono jocoso y haciendo partícipe al jugador de las bromas (como digo, esta estrategia va a depender de la persona, pero es la que más me ha funcionado con fútbol 11.

A raíz de esto viene la motivación y la confianza, recordarles grandes logros que ya han conseguido, lo que son capaces de hacer, ayudarte de vídeos de buenas acciones si tienes la posibilidad. Y lo mejor de todo, no hay nada que valide más a uno mismo que el reconocimiento de tus compañeros, de tus superiores (cuerpo técnico), de tus personas cercanas (amigos) y tu familia.

Además de lo deportivo, ¿Qué valores y habilidades intentas transmitirles a los jóvenes para su desarrollo personal? 

Lo que intento y más me gusta transmitir es la resiliencia y el esfuerzo. Por suerte o por desgracia (depende como te lo quieras tomar) he tenido que esforzarme mucho (como todos) y he tenido que ser resiliente muchísimas veces superando esas pruebas que te lanza la vida que no puedes controlar.

Les intento mostrar que el esfuerzo nunca es inútil en ningún aspecto, quizá no te lleva a donde querías, pero te aseguro que te acerca a tu objetivo (en mayor o menor medida) y te mejora en otros objetivos que ni tú sabía que tenías. Siempre se saca un beneficio de esforzarse.

Los problemas van a aparecer sí o sí, tienes que estar preparado para cuando lleguen, aceptarlos, sacara un beneficio de ellos y, si se pueden solucionar adelante, que no pues ya has sacado un beneficio.

El fútbol no deja de ser un deporte, seguramente una gran parte de la vida de los chavales. Pero la vida dura más tiempo y creo que estos valores que transmitimos les sirven para forjar su carácter en esas situaciones que te pone el ir ganando años. Me parece una de las parcelas más importantes, uno de nuestros deberes fundamentales el darles nuestra experiencia para que les sea más fácil afrontar los retos futuros.

¿Cómo es tu relación con los padres de los jugadores y el entorno familiar? ¿Qué importancia le das a su apoyo en el proceso formativo? 

Desde el principio de mi carrera en el mundo del fútbol siempre he tenido buena relación con los padres de los porteros y, previamente, de los jugadores que he entrenado. Ha partir de cadetes ya no se da ese contacto con las familias, al menos en mi experiencia.

En mi primer año de entrenador, más o menos a mitad de temporada, fue cuando se extendió el COVID-19. Cuando volvimos a los campos, hubo un tiempo que los padres no podían pasar a los entrenes (por seguridad) ni a los partidos. Creo que fue la etapa más tranquila para mí y para los niños. Jugaban sin presión de más, no escuchaban cincuenta directrices de veinte personas gritándoles. Tampoco había aplausos ni vítores cuando había un gol, pero se reconfortaban entre ellos celebrando sus acciones. Tuvo sus cosas positivas (creo que las que más) y negativas.

Mi segundo año como entrenador sí que fue un caos la relación con la mayoría de las familias del equipo. Al principio puse unas normas que compartí con los padres y todos estaban de acuerdo, pero cuando empezaron a afectar a sus hijos (era un grupo complicado en cuanto a comportamiento) empezaron a quejarse a la coordinadora ha pedir reuniones con la dirección deportiva (los cuales me daban la razón porque ya conocían ese grupo) incluso pidieron que me echaran. Recuerdo que hablamos de benjamines.

En resumen, las normas eran que por cada mal comportamiento se sacaba una tarjeta amarilla y a la tercera esa semana se quedaban sin convocar (no acumulables, sino cada semana podían tener hasta 3). Los motivos de tarjeta amarilla estaban explicados y enviados a los padres en un documento que todos firmaron.

Los niños que mejor se portaban venían a jugar y los que peor se portaban pues o se quedaban desconvocados o no jugaban de titulares. A todo esto, hay que añadir que los resultados no acompañaban. Así se creó la tormenta perfecta. Sin embargo, a final de temporada acabamos bien los padres y yo.

En este tipo de edades, hasta infantiles diría yo, los padres y familia influyen muchísimo en el proceso formativo, en su educación y en el buen trabajo de los entrenadores y cuerpo técnico. Hay todo tipo de padres, incluso en categorías superiores o en más mayores y van a ser claves en el proceso de formación y en las carreras de los futbolistas.

¿Cuáles crees que son los mayores desafíos a los que se enfrentan los entrenadores de fútbol base hoy en día?  

Para mí, el primer desafío es uno mismo. Tienes que estar formado, preparado para llevar un grupo de niños (importante esto), lo segundo más importante es saber lo que haces en cuanto a lo deportivo, tener nociones y saber ponerlas en practica como corresponde según la etapa formativa de los niños y lo tercero saber gestionar tus emociones en todo momento.

Otro desafío sería el contexto del club o del equipo: campo, situación social de los niños, familias, medios en general, historia…

¿Qué aspectos consideras clave para detectar y desarrollar el talento en los jóvenes jugadores? ¿Cómo equilibras la formación individual con el trabajo en equipo?  

Yo creo que es un error eso de detectar el talento en niños tan jóvenes. Es una moneda al aire, porque la vida y las circunstancias cambian todo.

Cualquiera es capaz de detectar poniendo un poco de atención qué niño es más habilidoso con el balón, cual corre más, cual busca los espacios, cual para más balones…pero eso es el ahora, en este momento con estas circunstancias. Si buscas un rendimiento inmediato o a corto plazo adelante, pero no te asegura nada en el futuro. Espera a que crezca algo más, que se desarrolle un poco más para asegurarte de que lo que viste es porque tiene talento y no fueron las circunstancias.

Por supuesto, si notas unas habilidades especiales tienes el deber de que ese niño mantenga o mejore esas habilidades sin descuidar el resto de aspectos que requiere el fútbol en concreto. Y el aspecto clave para esto siempre va a ser la diversión, el jugar, el pasárselo bien.

Un debate interesante sería el de qué priorizar, el reforzar puntos fuertes para crear jugadores expertos en una habilidad o reforzar puntos débiles para fomentar jugadores más completos.

Para mí, obviamente ha de primar el trabajo en equipo por encima de la formación individual. El fútbol no deja de ser un deporte colectivo, unos se necesitan de los otros y el jugar en equipo ya va hacer que un jugador mejore individualmente.

Siempre existe la posibilidad de hacer un trabajo más específico si un jugador lo requiere, bien antes o después del entrenamiento o, incluso intra-entrenamiento de forma más micro o analítica. También de forma grupal.

¿Hacia dónde crees que se dirige el fútbol base en los próximos años? ¿Qué cambios te gustaría ver en cuanto a metodologías, recursos y apoyo institucional? 

Creo que, como todo, va a depender de las circunstancias de cada club y/o equipo. Pero generalizándolo, y hablando siempre desde mi experiencia (sin que sirva esto de nada categórico), he visto un avance en lo más importante, los entrenadores de fútbol base. Se ven entrenadores-formadores mucho mejor preparados, con ganas de entrenar, que les gusta lo que hacen.

Si esto sigue así, creo que vamos a seguir viendo una mejora paulatina en el fútbol base tanto en recursos y “profesionalidad”.

Si embargo, aprovecho estas líneas para criticar la situación de la mayoría de entrenadores de fútbol base en clubes no profesionales. La mayoría dedican muchas horas a su equipo, a su club, al fútbol y la remuneración económica (si es que la hay) es ridícula para las horas invertidas, por no hablar de la falta de contratos.

Cada vez se nos demanda más cosas, más títulos, pero no se mejora nuestra situación, es imposible poder vivir de ello a pesar de las horas y haber cumplido las demandas de las federaciones. Creo que esto es algo que se debería revisar y mejorar en un futuro no muy lejano.

¿Qué importancia le da Jorge a Futbolverdadero?

Es una página que conocí hace poco y me gusta mucho la iniciativa de juntar tantos profesionales en un mismo lugar para debatir, discutir y tratar los diferentes temas que puedan ser de interés.

También es una buena idea darnos voz a personas que normalmente no tienen una plataforma como esta para poder expresar sus inquietudes, ideas y compartir tanto fútbol con colegas de profesión.

Quería agradecer a Futbolverdadero la oportunidad de poder compartir un poco mi experiencia en este mundo tan complejo que es el fútbol y, espero poder ayudar a nuestros colegas o al menos poder hacerles reflexionar sobre algún aspecto.

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