Hoy hablamos con una joven entrenador vasca, que tras terminar su carrera como futbolista, pasó al otro lado del césped, los banquillos, siguiendo su afición y pasión por el fútbol.
Vamos a conocer el trabajo, la experiencia en los banquillos, tanto en el fútbol base femenino y masculino, como en senior, a la actual seleccionadora sub-16 de Euskadi, Eztizen Merino.
Comenzaste muy joven en los banquillos. ¿Qué aprendizajes de aquella primera etapa aplicas todavía hoy en tu forma de entrenar?
Cada año es diferente, debe haber una mejora constante. Lo que te sirvió el año anterior, no te sirve para el siguiente. Es cuestión de evolucionar, el fútbol es cambiante. Entiendo que el rendimiento del/la jugador/a siempre puede ser mejor del que ya es, intento hacerlo desde la máxima exigencia, entendiendo que tratamos con personas y no todas son iguales.
En cada etapa formativa he aplicado diferentes conceptos o he insistido más en algunos conceptos que en otros, pero creo que no hay que dejar de lado la exigencia y la disciplina, algo que habituo a trabajar con mis equipos.
Cuando el deportista alcanza la categoría senior, se da por hecho que la técnica individual no hay que trabajarla tanto, que la tienen que manejar y entender a la perfección. Pero no nos olvidemos que siempre se puede mejorar.
No eres la misma esponja con 7 años que con 30, pero las acciones repetidas nunca están de más, el ser humano mejora a base de repetición. Sin técnica individual no hay continuidad colectiva, y sin colectiva no hay táctica.
¿Cuáles son los clubs que han marcado tu paso por los banquillos y cómo ha sido tu trabajo por ellos?
Cada club en el que he trabajado me ha aportado conocimientos diferentes. Comencé en el Balmaseda FC, por supuesto con una inexperiencia inmensa, la cual me permitió trabajar durante 10 años en todas las categorías masculinas, desde prebenjamín, benjamín, alevín, infantil, cadete, incluso cadete-juvenil femenino.
En esta etapa me empecé a formar como entrenadora autodidacta, siendo a su vez jugadora, y me permitió desarrollar mis propias ideas, que algunas hoy en día mantengo, pero intento cada año mejorar, matizar e incluso desechar.
Después en el SD San Ignacio me dieron la oportunidad de poder trabajar durante 2 años en 2ª división femenina. Aquí la forma de trabajar era pura competición, que es lo que realmente me apasiona. Disfruté mucho de esta etapa porque pude aplicar todo lo aprendido los 10 años atrás, dando resultados positivos y adquiriendo más conocimientos de la gente que me rodeaba.
Actualmente, voy a cumplir 5 años en la Federación Vasca entrenando a la Selección de Euskadi femenina Sub-17 (3 años) y en Sub-16 (con este, 2º año). Estoy disfrutando de un cuerpo técnico con un engranaje perfecto, además de unas jugadoras jóvenes con mucha proyección y ganas de querer mejorar.
Son aspirantes a categorías profesionales, muchas vienen de clubes de renombre, algunas compiten en el Campeonato de Europa, por lo tanto, nuestro nivel como Staff tiene que ser top en todos los sentidos y esta es la manera correcta de ayudarles a conseguir sus objetivos. Al final nosotros debemos ser su ayuda.


¿Cómo defines tu metodología de trabajo y cuáles son los pilares sobre los que construyes tus entrenamientos?
La base de mi metodología es disfrutar, conseguir que la plantilla, incluyendo al Staff en la palabra, sea como el diamante, que es el mineral más duro y difícil de romper. El cuerpo técnico nos reunimos frecuentemente para plantear objetivos, corregir de errores, mejoras de plantilla, resultados, etc.
Pero lo más importante, al menos para mí, es tener una relación sana, debatir y poner puntos en común para que después se proyecte dentro del vestuario. Le doy importancia a que los/las jugadores/as palpen un buen ambiente y vean que vamos en la misma dirección entre nosotros. Esto ayuda a que el equipo te tome de ejemplo y actúe de la misma manera.
Las sesiones de entrenamiento las realizo de manera estructurada. Normalmente, inicio las sesiones con tareas más analíticas y progresivamente voy integrándolo a tareas más específicas y globales, aplicando normas de provocación para que se den las situaciones trabajadas en la primera tarea durante todo el entrenamiento.
Cuando entrenas selecciones de formación como la sub-16 de Euskadi, ¿qué aspectos priorizas en lo táctico y qué diferencias marcas respecto al trabajo en un club?
Nuestra competición, Campeonato de España de Selecciones Autonómicas (CESA) es corta y se compone de 3 fases:
Los resultados de la 1ª F te llevan a 2ª F Oro o Plata (si no existiera fase plata, quedarías eliminado, es una manera de dar opción a competir a todas las selecciones al menos 2 fases). En F. Oro se clasifican los 8 mejores de España, y F. Plata los restantes.
En la 3ª F nos encontramos con Semifinal y Final (4 mejores de F. Oro/ 4 mejores de F. Plata). Explico lo anterior para entender lo siguiente.
El primer objetivo siempre es la cohesión grupal y el siguiente clasificarnos Fase Final Oro. Siempre digo: si miras lejos, tienes más posibilidades de acercarte al objetivo, si miras cerca te limitas. Contamos con jugadoras que aspiran a jugar en 1ª división, por lo que para mí la formación y la competición son aspectos que van de la mano, de una manera u otra les formamos para aprender a competir.
Aquí se dan conceptos que no puedes aplicar en futbol base. Entendemos que, alcanzando la fase final, las jugadoras tienen la oportunidad de encontrarse situaciones más complejas de juego enfrentándose a selecciones de gran nivel.
Esto hace que la jugadora salga de su zona de confort, algo que está muy ligado a la exigencia, y es lo que se van a encontrar en las siguientes categorías, ya sean profesionales o semiprofesionales. La gran diferencia está clara, en una selección y sobre todo autonómica, no disponemos del mismo tiempo que en un club, vamos a contrarreloj constantemente para trabajar los aspectos técnico-táctico-psicológicas condicionales.
Dado el poco margen que tenemos, intentamos ser lo más precisos posible creando equipos muy compactos e intentamos que el grupo tenga cierta estabilidad emocional, además de ser versátiles en cuanto al juego se refiere, siendo capaces de enfrentarnos a cualquier estructura.
Algo muy positivo que no se da en un club, es que puedes elegir a cualquier jugadora, injusto a su vez por no dar oportunidad a otras que seguramente lo merezcan. Sin embargo, en un club tienes tu plantilla cerrada con la temporada completa por delante para trabajar todos los aspectos anteriormente mencionados.
¿Qué modelo de juego intentas inculcar en tus equipos y cómo equilibras la formación individual de las jugadoras con el rendimiento colectivo?
Creo mucho en que cada jugador/a debe aprender a jugar a cualquier modelo de juego, bien sea de posición, de posesión, directo o contraataque. De esta manera, estarán capacitados/as para adaptarse a cualquier situación que se les plantee en un partido, además de ser imprevisibles. Me gusta el juego vertical, pero es cierto que me adapto a cualquier tipo de juego. Depende de las características individuales de la plantilla, no todas son iguales.
Para equilibrar la formación individual con la colectiva, cada jugadora debe saber qué tiene que mejorar y qué objetivos debe alcanzar; para eso necesita la sinceridad de la entrenadora. Sin olvidarnos que son seres humanos, con situaciones extradeportivas diferentes, aspecto para tener en cuenta a la hora de comunicar para no hacer un sincericidio.

Has comentado que planteas entrenamientos casi como partidos oficiales. ¿Qué objetivos buscas con esa intensidad en las sesiones?
Sacar al jugador/a de su zona de confort, para acostumbrarles así a mantener un nivel alto en cada sesión y llegar al partido en las mejores condiciones posibles. Siempre he creído que se juega como se entrena, como acostumbres a tu cuerpo y mente, es lo que vas a reflejar en la competición.
En el deporte, además de mejorar las cualidades basales, hay que trabajar mucho la mente, porque esta es la que controla y dirige nuestro comportamiento. Si acostumbras a tu cabeza a mandar mensajes limitantes, el cuerpo reaccionará con el freno de mano.
La psicología tiene muchísima importancia en cualquier ámbito de la vida. Soy enfermera y me toca lidiar a diario en ese aspecto, con los pacientes, familiares, compañeros/as, incluso conmigo misma. Algo evidente es, que tiene mucho poder sobre cualquier humano, y más, en situaciones en las que la toma de decisión debe ser en milisegundos. Por lo tanto, si somos capaces de controlar nuestras emociones en cualquier situación, tendremos mucho ganado.
En competiciones con varios partidos en pocos días, ¿cómo gestionas las cargas físicas y mentales del grupo para mantener la competitividad?
Para poder gestionar las cargas, es muy importante tener a toda la plantilla disponible, ello requiere comunicación continua con todos los componentes del Staff, desde la fisioterapeuta, preparadora física, 2ª entrenadora, director/a deportivo, etc., para que cada una desde su posición pueda aportar datos sobre el estado de cada jugador/a.
Por otro lado, para hacer que todos/as se sientan importantes y partícipes, hay que hacer una repartición “equitativa” de minutos, darle a cada jugador/a la importancia que se merece para tener a toda la plantilla enganchada a la competición.Mirar al banquillo y ver que cualquiera de los/las jugadoras que están sentados/as puede jugar con el mismo o mejor rendimiento que el/la que está jugando, es una maravilla y le da mucho valor al equipo.
Esta es una de las premisas que tenemos en la selección, y hasta el momento nos funciona. Aun así, somos conscientes de lo complejo que es tener a todo un equipo contento.
¿Qué aprendizajes tácticos de tu etapa en el Athletic has incorporado ahora a tu manera de preparar los partidos?
En el Athletic aprendí muchísimas cosas con cada cuerpo técnico que tuve. Hoy día aplico a mi trabajo como entrenadora. Desde análisis de partidos, planteamientos, preparación de entrenamientos a nivel (técnico-tácticocondicional), gestión de equipos, aspectos psicológicos, etc.
Hay que creer, dar importancia y confiar en cada uno/a de tus jugadores. Tiene mucha relevancia el trabajo psicológico, para que el/la jugador/a te compre el mensaje, pero al mensaje hay que sumarle el trabajo en campo mostrando que lo que dices es cierto y, por supuesto, que el resultado te acompañe.
Puede pasar que tu mensaje sea uno durante la semana, y el fin de semana te encuentres con un rival que te ha cambiado el planteamiento por completo, haciendo que no sirvan de nada los mensajes ni el trabajo que hayas realizado durante la semana.

Has trabajado con entrenadores como Juan Luis Fuentes o Joseba Agirre. ¿Qué aspectos tácticos o metodológicos de ellos han marcado tu forma de entrenar?
He tenido muchos entrenadores/as importantes en mi etapa como jugadora. He intentado siempre sacar lo peor y lo mejor de cada entrenador/a. Lo peor para no quedármelo y lo mejor para guardármelo, transformarlo y adaptarlo a mi modo de ver el fútbol.
Al final, mi manera de entrenar es extraída de mi experiencia como jugadora, que me ayuda mucho para adentrarme en la cabeza del/la futbolista y mi experiencia en los banquillos, para gestionar el grupo de trabajo, tanto el de futbolistas y como el del cuerpo técnico.
Comencé con una metodología, que año a año voy transformando, intento cambiar aquello que deja de funcionar, por lo que mi metodología de hace 15 años no es la misma que la de ahora. Y por supuesto, rodearte de los mejores, aprender los unos de los otros, hablo de esa gente con la que trabajas codo con codo para que el barco navegue en condiciones óptimas.

Hoy en día las jugadoras entienden mucho mejor el juego. ¿Cómo influye esto en tu forma de plantear sistemas y tareas de entrenamiento?
Es facilitador. Cada vez hay más fichas de niñas, más categorías y más naturalidad social con el fútbol femenino. Esto quiere decir que cada año coge más fuerza, hay mucha más gente competente entrenando a equipos femeninos y el apoyo de las directivas cada vez es mayor.
En el aspecto condicional es donde más hay que adaptar las tareas, pero la mayor diferencia entre fútbol masculino y femenino, sin duda, es la gestión del vestuario. En mi forma de plantear tareas que no sean a nivel condicional, no cambia nada de masculino a femenino.
¿Cómo trabajas la toma de decisiones en tus jugadoras para que sean capaces de interpretar el juego en diferentes contextos de partido?
El fútbol moderno considero que está enfocado en cultura táctica. Por ello, trato de que las tareas en las sesiones de entrenamiento sean lo más reales posible, incluso con las tareas analíticas. Evito en la medida de lo posible robotizar al jugador, algo que en el fútbol actual está de moda.
Pienso que al jugador hay que darle su espacio para la creatividad tanto ofensiva como defensiva. Evidentemente, hay que marcar unas directrices que se puedan cumplir, teniendo en cuenta las cualidades individuales de cada jugador/a. Al final, las/los dueños/as del juego SIEMPRE serán los propios jugadores/as, nuestro verdadero papel es ayudarles y guiarles hacia la mejora individual y colectiva.
¿Qué evolución crees que necesita el fútbol femenino en lo táctico y en lo formativo en los próximos años, y qué papel te gustaría desempeñar en ese proceso?
Aún está en evolución y necesitará más años para su desarrollo a todos los niveles, no solo en el táctico, al igual que en su día lo necesitó el fútbol masculino. Vivimos en la época de la inmediatez, y lo que hay que tener es paciencia. Poco a poco se van cambiando y mejorando cosas, pero no podemos pedir que suceda de hoy para mañana. El fútbol femenino de hace 5 años no es el mismo que el de ahora.
Desde aquí, pido y animo a que cada vez se formen más entrenadoras, ya que somos pocas y la igualdad de oportunidades desgraciadamente escasea entre hombres y mujeres, un concepto social algo extraño. No se sabe por qué razón, pero solo por ser mujer tienes que demostrar más, injusto a mi parecer.
Me encantaría seguir entrenando y seguir siendo parte del proceso, por supuesto.
Para terminar, Eztizen ¿qué opinión tienes sobre el proyecto Futbolverdadero y su labor en la difusión y apoyo al fútbol base y formativo?
Agradecer a Futbolverdadero que de manera altruista impulsa y apoya al fútbol formativo, es importante que existan personas así. Eskerrik asko por crear este bonito proyecto, por dar voz y oportunidad para darse a conocer a much@s entrenador@s desconocid@s.

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