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#Entrevista: ENRIQUE FERRE : «En la base se tiene que formar e enseñar a competir, el resultado no importa»

Tiempo de lectura: 5 minutos

Hoy hablamos con un entrenador valenciano con una gran experiencia dentro de los banquillos tanto del futbol base como del futbol senior. Ademas vamos a conocer una figura importante, la visión de un padre que tiene hija futbolista.

Vamos a conocer que opina de esto y conocer el trabajo y experiencia de Enrique Ferre.

 ¿Cómo empezó tu camino en los banquillos y qué te llevó a querer ser entrenador?

Desde pequeño he tenido la suerte de estar rodeado de gente del mundo del fútbol, tanto fútbol local como profesional a los que escuchaba con mucha atención. En la edad de infantil ya sabía que no iba a ser jugador profesional por lo tanto tenía que seguir otro camino, el de estudiar y poder formarme  laboralmente un oficio y como hobby el fútbol.

Tras una lesión de ligamento con 23 años me vi obligado a parar durante un tiempo, ahí ya empecé  ayudar al  entrenador y al año siguiente ya dirigía un equipo de juveniles a nivel liga local.

Has trabajado tanto en fútbol base como en senior. ¿Qué diferencias encuentras en el trato con el jugador y en la exigencia del día a día?

Esta temporada he tenido la suerte de formar parte del cuerpo técnico del primer equipo de la mano de Toni González.

Una de las diferencias que yo más hago hincapié es el lenguaje a  utilizar, no es lo mismo hablar con un niño de 8 años que con uno chaval de 22 aunque les estés explicando el mismo ejercicio, tienes que tener la capacidad de meterte en su cerebro y pensar como él. Por lo tanto los entrenadores tenemos que ser más exigentes en la comunicación y lenguaje a utilizar.

En la base se tiene que formar e enseñar a competir, el resultado no importa… Con un senior tienes que competir y además ganar, los entrenadores muchas veces valen el resultado obtenido en el último partido.

¿Qué tipo de fútbol intentas transmitir a tus equipos?

Que tengan actitud, si tienes actitud tendrás intensidad, si tienes intensidad tendrás opciones de provocar el error del rival y así beneficiarte de ello.

¿Cómo estructuras tus entrenamientos para que el jugador aprenda, disfrute y compita?

Aparte de tener en cuenta el día de la semana, el rival o el estado de tus jugadores, para mí una de las partes más fundamentales es la  activación; la activación marcará cómo será la sesión; si haces una buena activación, el resto del entrenamiento fluirá.

En las sesiones intento trasmitir con el objetivo de que sean lo más reales posible, les hago ver las situaciones que pueden ocurrir en un partido, por eso siempre las trabajo con balón.

Aparte de tener en cuenta el día de la semana, el rival o el estado de tus jugadores, para mí una de las partes más fundamentales es la  activación; la activación marcará cómo será la sesión; si haces una buena activación, el resto del entrenamiento fluirá.

 ¿Qué importancia le das a la toma de decisiones dentro del entrenamiento?

Siempre buscando el sentido común,  el protagonismo lo tiene que tener el jugador; el entrenador tiene que ir transmitiendo y  enlazando jugador por jugador hasta conseguir el objetivo de la sesión.

 ¿Cómo trabajas el aspecto mental y emocional con tus jugadores?

Empezando por mí, controlando mi estado emocional y mental; si he tenido un mal día o algún problema personal, ellos no tienen que notar nada.

Si alguna vez noto algún jugador más decaído, siempre le pregunto qué tal en el colegio, en casa, y trato de ayudarles en todo momento. Trato de meterme en sus cabecitas.

¿Qué papel crees que deben tener los padres dentro del fútbol base?

El de apoyar a sus hijos y animar con respeto desde la grada. Los padres tienen un papel importante; al final desembolsan una cantidad de dinero para que su hijo se le dé una formación; muchos de ellos acompañan a sus hijos a los partidos o hacen peripecias para que alguien los lleve tanto a los entrenamientos como a los partidos.

Ahora bien, tienen que confiar en el trabajo del entrenador; nosotros, a base de trabajo, nos tenemos que ganar  a los padres; si los niños están contentos, los padres están contentos.

 ¿Qué opinión tienes sobre los padres que entrenan a sus propios hijos dentro del equipo?

Tienen mucho mérito, ya que te expones a muchas críticas, pero si uno es profesional, no tiene nada que temer; tienes que tratar a todos por igual y enseñarle a tu hijo o hija que te vea como un entrenador, no como un padre dentro de los terrenos de fútbol.

Yo siendo padre de una hija que juega al fútbol, para mí sería una satisfacción poder entrenarla algún día, pero pienso que ese paso no lo debe dar el entrenador, sino su propio hijo o hija que quiera que su padre le entrene; esa situación tiene que surgir nunca forzarlo.

En tu experiencia, ¿qué errores o aciertos sueles ver en esos padres-entrenadores y cómo afectan al grupo?

Hay varios errores; uno de los más comunes es el exigir más a tu hijo que a los otros niños, pensando que así no hay favoritismo; puede pasar todo lo contrario; al exigirle más a tu hijo, él se sienta más cohibido y no disfrute de sus compañeros y del fútbol.

Para mí, el acierto es tratar a todos por igual; por eso el entrenador tiene que ser profesional.

Tienes una hija futbolista: ¿cómo vives el fútbol desde ese otro lado, el de padre?

Sufro más que siendo entrenador; es un sufrimiento en silencio; obviamente que quieres todo lo mejor para ella; si ella está contenta, yo también.

Cuando los horarios me lo permiten, es  muy gratificante acompañarla junto  a mi mujer y su hermana a los partidos; como padres, es muy emocionante que tú hija disfrute de un deporte tan bonito como el fútbol.

 Si tuvieras que resumir tu filosofía como entrenador en tres palabras, ¿cuáles serían?

Actitud, trabajo y profesionalidad.

Cuando escuchas el término “Futbolverdadero”, ¿qué significa para ti?

Me recuerda al fútbol de los campos de tierra, al Señor con un Carrillo con cal pintando las líneas de campo, al olor a bocadillo de tortilla y longanizas del bar mientras estás  rematando un corner. Esos rasguños en las rodillas y los codos.

En dos palabras, emoción y pasión.


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