Hoy hablamos con un entrenador valenciano con amplia experiencia dentro del fútbol base y que, tras pasar por una de las canteras más importantes a nivel nacional, se fue fuera de nuestras fronteras a seguir creciendo.
Hablamos con Carlos Bou que nos trae su trabajo, experiencia y opinión sobre este fútbol.
Cuéntanos, ¿cómo fueron tus inicios en el mundo del fútbol como entrenador y qué te motivó a dedicarte a la formación de jugadores, especialmente en etapas de fútbol base?
Bueno, yo siempre he sido un apasionado del fútbol y del deporte en general. Ello me llevó a estudiar la carrera de CAFD en Valencia y en 4 curso, cuando hay que hacer las prácticas, tuve la posibilidad de hacerlas en el Villarreal CF.
En ese momento es cuando empezó mi andadura como entrenador de prácticas del Benjamín y Alevín A con tan solo 20 años. Desde el primer momento tuve un feeling especial con los compañeros y los jugadores, en dos o tres semanas supe que quería dedicar mi vida a entrenar.
A lo largo de tu trayectoria, has trabajado con diversas categorías y niveles. ¿Qué experiencia consideras más significativa y por qué?
Cada experiencia es significativa, toda forma parte de tu proceso interno de crecimiento y desarrollo personal. Al principio, en tus primeros pasos como entrenador, estar en categorías inferiores como benjamines y alevines te da mucho margen de probar cosas, experimentar, equivocarte. Y los errores de gestión o decisiones no tienen gran repercusión, ya que los resultados no importan.
Cuando te sientes preparado, el paso hacia categorías como infantil y cadete te dan la oportunidad de probarte y acercarte a la realidad competitiva. Es un momento de consolidación, pienso yo. A partir de ahí, es el momento de dar el salto al fútbol amateur/senior y ver de qué pasta estoy hecho.

Te has especializado en la metodología de entrenamiento del fútbol formativo. ¿Qué elementos o principios consideras esenciales para el desarrollo integral de los jóvenes futbolistas, más allá de la técnica y la táctica?
He tenido la gran suerte de estar en el momento y lugar justos. Mis inicios están ligados a la metodología que implantó Sergio Navarro en el Villarreal CF allí por el 2016/17; en ese proyecto se ponía al jugador en el centro del proceso. Esta mentalidad cambió completamente mi perspectiva en cuanto al entendimiento del proceso de entrenamiento de un deporte colectivo como el fútbol.
Además, creamos un equipo de trabajo increíble con nombres como Jose Mataix (entrenador Al-Effitaq U18), Carlos Renau (asistente del Baskonia), Adrián Esteve (entrenador Juvenil A Athletic Club) Marcos Merino (asistente FK Rostov), Joan Alcaraz (director metodología Mallorca), entre muchos otros. Juntos debatimos sobre cómo entrenar, cómo crear tareas adaptadas a los jugadores y el contenido, cómo comunicar, la lógica del juego, pero sobre todo, la importancia de involucrar y hacer disfrutar al jugador.
En tu paso por equipos como el Villarreal CF, ¿Cómo fue la forma de trabajo y los objetivos de formación del club?
Mis objetivos personales y los del club siempre han sido los mismos. Mejorar a todos los chicos de la plantilla a nivel individual, generar sentimiento de pertenencia y ser equipos muy dominadores a la hora de plantear los partidos. Para ello, tanto yo como el cuerpo técnico siempre hemos intentado llevar el nivel de exigencia del día a día a la excelencia. No nos conformábamos con menos.


Afrontaste el reto de ser entrenador en el Cadete del Villarreal. ¿Cómo gestionaste la presión y qué estrategias utilizaste para motivar y desarrollar a jugadores en una etapa tan crucial de su formación?
La etapa de Cadete A tiene una casuística un tanto especial. Es cuando los jugadores cumplen 16 años y, según el marco de la ley española, es cuando pueden empezar a trabajar, y, por tanto, firmar su primer contrato. Ello genera una presión añadida en el jugador y una necesidad de sobresalir del resto para que esto se dé.
Para ello es fundamental apelar al sentimiento de equipo, generar lazos socio-afectivos entre los jugadores y armonizar los logros personales con los colectivos. Es una etapa fantástica para trabajar en ella.
Tu experiencia en el Al-Gharafa (Catar) es un paso internacional en tu carrera. ¿Qué aprendizajes clave te llevas de esta experiencia y cómo influye en tu visión como entrenador?
Este año tomé la decisión de probar algo diferente, después de 10 años en el Villarreal sentía que era el momento. El fútbol español tiene una gran reputación internacional, especialmente en Catar. Lo más importante es llegar, observar y adaptarte.
Conectar su cultura deportiva con tus creencias y metodología de trabajo para generar un híbrido. Si quieres imponer tus ideas/ método como un elefante en una cacharrería, no creo que llegues muy lejos.

La comunicación es clave en el fútbol. ¿Cómo describirías tu estilo de liderazgo y cómo gestionas la relación con los jugadores, los padres y otros miembros del cuerpo técnico?
La comunicación es el único instrumento que tenemos los entrenadores. Hay que conectar con el jugador, saber cómo y en qué momento hablarle a cada uno, además de generar espacios seguros donde cada uno se pueda expresar libremente, tanto jugadores como los miembros del staff.
Como entrenador intento marcar la línea de trabajo y las ideas a seguir, dentro de tener todos un objetivo común, me gusta que cada uno se exprese y se responsabilice de lo que hace.
El fútbol evoluciona constantemente. ¿Cómo te mantienes actualizado sobre las nuevas tendencias en metodologías de entrenamiento, preparación física y tecnología aplicada al deporte?
Me gusta leer, no hablo de táctica o análisis que podemos ver en las redes sociales, leo sobre psicología, gestión de empresas y personas, desarrollo personal, hábitos, cualquier cosa que pueda ayudarme en mi formación personal.
Obviamente, viendo partidos de fútbol, de diferentes países y contextos, para entender las idiosincrasias y las culturas deportivas que hay en el panorama mundial. Pero lo que más me gusta es encontrar ratitos para hablar con personas del mundillo. Esas charlas, cafés, llamadas de teléfono son oro para mí.

¿Cuál crees que es el mayor desafío al que se enfrenta el fútbol base hoy en día y cómo, desde tu rol como entrenador, puedes contribuir a superarlo?
¿El mayor desafío? Sin ninguna duda, es la tolerancia al error y a la frustración. Estamos encaminados a ser una sociedad donde se prima la inmediatez y la aprobación externa, así como a la sobreprotección, lo cual es una mezcla muy peligrosa en etapas de iniciación.
Debemos hacer un esfuerzo por permitir que los jóvenes se equivoquen, se frustren, busquen en su interior motivación para seguir, para persistir, pelear por sus sueños, adaptarse, mejor al fin y al cabo. Sin eso, es muy difícil tener estándares de calidad altos, no el fútbol, sino como sociedad.
Imagina que tienes un jugador con un talento excepcional, pero con problemas de actitud. ¿Qué pasos seguirías para ayudarle a canalizar su talento de manera positiva para él y para el equipo?
Conocer a la persona es lo primero, no tengo jugadores, tengo personas de las cuales me siento responsable. Saber cómo es, de dónde viene, cuáles son sus metas, sus problemas. Una vez consigues abrirte con la persona, tienes un paso enorme hacía poder ayudarle. A partir de ahí, hay que hacer un traje a medida para cada uno.
Para terminar, ¿qué opinión tienes sobre el proyecto Futbolverdadero y su labor en la difusión y apoyo al fútbol base y formativo?
Es increíble la suerte que tenemos personas jóvenes, que acabamos de empezar, de poder compartir nuestra opinión y nuestras experiencias. Como he dicho, a mí me encanta conocer diferentes profesionales de nuestro mundo y su camino. Es una oportunidad magnífica para saber de primera mano las diferentes realidades que envuelven nuestro mundo del fútbol.

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