Hoy nos metemos en la mente del entrenador, esa figura que vive entre la pasión y la planificación, entre el barro y la pizarra.
En Futbolverdadero queremos conocer cómo piensa, cómo siente y cómo lidera cada técnico que deja su huella en el día a día del fútbol. Hoy nos acompaña Jorge.
En un contexto donde el resultado domina gran parte del discurso futbolístico, ¿cómo equilibras la exigencia competitiva con la necesidad de formar, acompañar y proteger al jugador —especialmente en etapas base— sin traicionar tu propia identidad como técnico?
Buena pregunta, Mi forma de entender este deporte independientemente de lo importante de los resultados, es que hay un vehículo para poder llegar a un resultado positivo y que no siempre el resultado positivo es ganar un partido, negativo perder.
Es importante el desarrollo que se va teniendo desde que se empieza el trabajo para ver en que punto se está situado y hacer cómplice de ello al grupo. Digamos que la cabecera como entrenador es formación y exigencia, lo de los resultados (marcador) casi nunca depende de lo que yo quiero o busco, rival, árbitro, balón redondo, se juega con el pie y se piensa con la cabeza.
¿Cómo se construye y se sostiene una filosofía de juego propia cuando las condiciones materiales, los recursos humanos o incluso las exigencias del club no siempre la favorecen?
No es fácil, pero no imposible; creo que la identidad como entrenador no se debe de perder bajo ningún condicionamiento, e insisto complicadísimo, pero al final queda algo en el interior que es, no me he traicionado, por tanto no he traicionado al grupo, y hacer llegar al director deportivo, coordinador cual es la idea a trabajar, creo que cuando no hay comunicación el camino no es el mismo, siendo el destino el mismo.
El entrenador actual debe ser estratega, psicólogo, pedagogo y gestor. ¿En qué momento y de qué manera decides cuál de esos roles debe prevalecer, y cómo evitas que uno anule a los demás?
El más importante de todos es ser psicólogo, entrar en las cabezas del grupo y explicar bien el plan, lo que se espera de cada uno. Como pedagogo, ya desde que creas la sesión, lo hago de manera pedagógica para explicar el porqué de las cosas, el hacerlas de una determinada manera; en definitiva, creo que ninguna de esas cualidades está por encima de otra ni en qué momento se utiliza, sinceramente y humildemente desde mi punto de vista que es lo que llevo no se si realizando pero si intentándolo es desde el segundo 1 de toma de contacto esas 4 cualidades están presentes.
En el fútbol base se habla de proceso, y en el senior, de resultado inmediato. ¿Cómo se gestiona emocionalmente esa dualidad cuando un proceso de trabajo profundo no siempre se traduce en victorias visibles?
Sin ser psicólogo titulado, se retroalimentan esas dos etiquetas que me preguntas, No hay que desmitificar la competición en formación, pues la vida es pura competición, y en el caso de la formación, esos jugadores tienen que salir a la calle y darse de bruces con la realidad, por lo cual creo que debe estar presente siempre, pero el ganar o perder un partido muchas veces depende del proceso que has trabajado, implementado para poder ganar el mayor número de partidos o sumar. Lo que es innegociable es que el resultado esta por encima de todo, es una consecuencia del proceso, teniendo en cuenta que proceso lo englobo en la propia competición.
¿De qué manera te retroalimenta el jugador —ya sea un niño de 12 años o un veterano de 35— en tu propia evolución como entrenador? ¿Qué has aprendido tú del vestuario que nunca se enseña en los cursos de formación?
Pues mira espectacular pregunta, a mis años y experiencia si hay algo rico en lo que un entrenador, gestor de grupos, puede estar constantemente aprendiendo es de las relaciones y vínculos que se crean en ese vestuario. Situaciones personales, países diferentes, estados emocionales, … no todo el mundo le sirve lo mismo, y en los cursos la teoría es teoría. Llevo muchos años diciendo que el triunfo de un entrenador es tener el grupo enchufado, contento, con sus vaivenes de la temporada.
¿Qué papel juega el contexto —la tierra, el barrio, el club, la historia local— en la forma de entender el juego y en la identidad futbolística que intentas transmitir?
Hablando del futbol que todos trabajamos en un cota baja, creo que es bueno saber la historia del club, el barrio dónde está enclavado etc… pero creo que a veces no determina el entendimiento, en un caso particular hablo por mi, yo cuando he firmado por algún club dónde me he fijado directamente es dónde quedó clasificado ese equipo esa temporada para trabajar y mejorar esa situación.
En una era donde los datos, la tecnología y la inmediatez marcan tendencia, ¿cómo imaginas el futuro del entrenador que aún cree en el ojo humano, la intuición y el vínculo personal con el jugador?
Creo que los datos son determinantes en la toma de decisiones siempre, pero no puede ser, condicionar el juego a datos, analisis, sinceramente yo me pierdo con todo lo que circula por las redes, lo respeto, pero no va conmigo, soy un aliado de los datos como propia gestión de grupos, el resto es emocional y capacidad de trabajo.
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