
Hoy hablamos con un técnico valenciano que a pesar de su juventud lleva varios años entrenando en el futbol base y formándose día a día para ir subiendo escalones y seguir pudiendo enseñar sus valores a sus jugadores.
Y es que cada vez hay más jóvenes formados en equipos puntales nacionales que demuestran que la formación es parte importante en el futbol base. Por eso hoy hablamos de todo esto con Víctor Marín, actualmente en la cantera del Villarreal CF.
¿Cuándo empezó Víctor su etapa de entrenador?
Empecé con 17 años en el club donde jugaba en el juvenil. Empecé entrenando un prebenjamín no federado. Por tanto, entrenábamos dos días como mucho y competíamos en una liga local del pueblo vecino.
En ese momento, creí que era conveniente formarme más y es cuando decidí estudiar los cursos de entrenador además de la carrera de Magisterio de Educación Primaria.
¿Por qué decidiste ser entrenador?
Pues la verdad es que siempre había tenido la sensación de que ese era mi camino. Como jugador, me gustaba saber el por qué de los comportamientos de mi equipo. Quiero decir, además de fijarme en las alineaciones y las tareas de entrenamiento, me interesaba saber el motivo de trabajar los objetivos, las dinámicas y los demás comportamientos técnico-tácticos.
Jugaba de mediocentro y creo que esa posición me daba la posibilidad de poder entender el juego de una forma más global. Por este motivo y por qué nunca tenía reparo en sugerir otras posibilidades, entendí que mi camino era el de ser entrenador. No me quejo de mi carrera como futbolista, la disfruté muchísimo.
Pero hubo un momento que tuve que elegir y me decidí por ser entrenador. Empecé con 17 años y a los 21 ya dejé de jugar para centrarme en entrenar. Cuando tenía 20-21 años tuve dos temporadas complicadas, ya prefería entrenar que jugar además de que, como todo técnico que empieza, no entendía decisiones de los entrenadores que tuve en esa época.
Estaba equivocado, cuando empiezas crees que eres el más listo de todos y la experiencia en este sentido es diferencial. También quiero hacer mención especial a mi padre, creo que fue un referente muy diferencial para esta decisión. Es otro apasionado del futbol, en este sentido prefiere el futbol a nivel más amateur. Pero yo he crecido viendo en él toda la predisposición y ambición necesaria para poder desarrollar esta labor. Es admirable.
¿Cuál fue el primer club en el que te sentaste en el banquillo?
El primer club en que pude ser entrenador, fue en el club de mi pueblo, el Xilxes CF, después del Prebenjamín, con 18 años ya entrenaba un Infantil y con 19 un Cadete. Siempre tuve posibilidad de promoción interna en el club, notaba que tanto los jugadores como la directiva creían en mí.
Hay personas a las que estar agradecido de forma eterna y en este club pude encontrar a más de una. En el momento que dejé el club para unirme al Villarreal CF solo obtuve apoyo y complicidad. Estoy muy orgulloso de los jugadores que pude entrenar en esa época y de mis compañeros de CT, a día de hoy, recuerdo con mucho cariño aquellas temporadas.

¿Como fueros esos primeros años?
Como decía antes, cuando uno empieza lo hace creyendo que todo lo que va a plantear va a salir perfecto y que va a ganar más que perder. Cada derrota me frustraba mucho, me exigía muchísimo a mí mismo, a los jugadores que entrené intentaba que no les llegara esa sensación.
No sé como mis compañeros de CT podían aguarme en ese momento. Pero era demasiado pasional en ese sentido. Cuando entrenas algunas temporadas más empiezas a concebir la derrota como una oportunidad de crecimiento, siempre y cuando puedas focalizarla bien.
Hubo momentos de duda, de no entender por qué no salían las cosas, de empezar a cuestionar la valía de uno mismo. Pero como siempre en la vida, hubo momentos muy felices, ganar campeonatos, partidos importantísimos que ganas en el último minuto, tener la complicidad y confianza de un club y de los 23 jugadores de la plantilla, ese sentimiento compensa todo lo demás. Fueron años donde aprendí muchísimo, años muy felices.
¿Cuál es tu actual puesto en el Villarreal CF?
Actualmente soy entrenador del Villarreal Alevín B Roda. Siguiendo la línea metodológica del club, el cuerpo técnico es horizontal y lo formamos 4 entrenadores.
¿Qué diferencias existen al trabajar en un club de esta envergadura?
Al final estar en una cantera de alto rendimiento te ofrece una serie de posibilidades que van a desarrollar al jugador. En primer lugar, el número de entrenadores creo que es algo fundamental, todos con formación, se establecen roles dentro del CT y todos se retroalimentan entre sí.
La oportunidad de aprendizaje es enorme y te ayuda a crecer. Siempre lo he dicho, llevo 3 temporadas y no ha pasado ni un día, entrenamiento o partido que no me haya dejado de notar una mejora sustancial en algún aspecto. El profesionalismo es latente, todos hemos tenido que pasar por clubes más modestos hasta llegar a clubes de esta envergadura.
Supongo que la diferencia más evidenciada es que en los clubes de este calibre se orienta el crecimiento basado en el alto rendimiento, además de la formación del jugador a nivel deportivo y a nivel humano. Las herramientas y recursos que tienen los jugadores y técnicos para mejorar son más cuantiosas y diferenciales. Eso sí, da igual donde estés el futbol sigue siendo futbol y eso nadie lo puede cambiar.

¿Qué metodología trabajas en tus equipos?
Creo que la línea metodológica debe de establecer alguna serie de principios básicos, como que el jugador sea el protagonista principal, nosotros debemos darles las herramientas para la mejora, pero ellos son los responsables de ejecutarlas.
Para ello se debe incidir en que el jugador sea lo más autónomo y crítico posible. Por este motivo, es necesario adaptarse a sus propias necesidades. Atendiendo a la empatía con el jugador, a la capacidad de transmitir conocimientos a través de la cercanía y la comprensión.
El jugador debe ser un elemento activo, debe pensar y ofrecernos recursos a nosotros como entrenadores. Nos va a enriquecer la posibilidad de consensuar con el jugador y atender a sus necesidades y sensaciones. Eso sí, al final decide el entrenador.
¿Qué significa para ti trabajar con edades tan tempranas en el futbol?
Creo que cada vez tiene mayor reconocimiento el entrenador de fútbol base. Estamos formando a los jugadores del futuro a nivel deportivo y humano. En este momento nuestro objetivo tiene que ser que el jugador sea consciente de que está aprendiendo y mejorando a diario.
Además de sobre todo, focalizarnos en que disfrute jugando. Aun así, también tienen que adaptarse a situaciones que generen estrés o desconcierto en el jugador, nuestro papel debe ser acompañarlos en el camino para que ellos mismos puedan encontrar las distintas soluciones. Debemos ayudarles y potenciar la funcionalidad de cada jugador.
Es el momento de adquirir conceptos, principios técnico-tácticos, fallar, acertar y aprender. Todo puede ser positivo si sabemos ajustar el foco en la parte positiva de cada jugador. Esto provocará que esté preparado para el difícil mundo del futbol.
¿Qué es para Víctor lo más importante dentro del grupo de trabajo?
Le doy muchísima importancia al apartado emocional, creo que a veces se nos puede pasar por alto y es algo básico. Si el jugador está motivado, cree en lo que le dices, está convencido y es realista con sus capacidades podrá desarrollar el potencial de una forma más óptima y continuada.
Para ello, la cohesión del equipo es fundamental. Hablo de la relación jugador-jugador como entrenador-jugador como la relación entre los miembros del cuerpo técnico. Generar ese clima de confianza es básico. Además de trabajar en consecuencia al esfuerzo diario, mediante sesiones y tareas destinadas a la mejora del jugador a nivel individual y colectivo.
Transmitir conocimientos es básico como entrenadores, pero debemos saber como hacerlo, de poco sirve saber mucho y no saber transmitirlo, ya que el jugador es complicado que pueda consolidar el 100% de lo que le decimos. Para ello, repito, es básico creer y estar todos convencidos de lo que hacemos, llegar al jugador desde la empatía.

¿Crees que se dedica el tiempo suficiente a formar en la base?
Pues sinceramente, igual que hace unos años te diría que no, ahora mismo creo que se trabaja mucho más y que se le da muchísima más importancia que antes. Eso sí, para este tipo de contextos te diría que nunca es suficiente. Siempre se puede mejorar e incrementar esta importancia.
Ahora mismo, jugar a futbol está al alcance de casi todos y eso es muy positivo. Este deporte te ofrece muchas posibilidades para formarte, muchos recursos en muchos ámbitos profesionales. Esto era algo impensable un tiempo atrás.
¿Qué es lo más importante de trabajar en esta etapa?
Creo que lo más importante al final es que el jugador se divierta jugando a futbol. Es que eso tiene que ser básico. Es un deporte, por tanto, tiene que tener una parte puramente lúdica. Eso sí, luego se puede profundizar y hablar de aspectos más específicos.
Sería interesante dotar de importancia a que el jugador se enfrente a situaciones reales mediante situaciones contextualizadas para así poder adquirir destrezas y poder desenvolverse bien en ellas. Creo que es importante que el jugador se conozca, el poder potenciar sus fortalezas y mejorar sus debilidades.
Conocer sus límites le ayudará a poder, en algún caso, sobrepasarlos y poder mejorar. Crecer en la conciencia espacial para poder interpretar espacios y crecer a nivel técnico táctico.
¿Cómo ves la evolución dentro del futbol base?
A día de hoy, creo que la evolución del futbol base es muy positiva. Hay gente preparada, formada y que sigue sumando experiencias. Esto va a ayudar a que el jugador desarrolle mayor capacidad en todos los sentidos. Se le da importancia a cada etapa, a cada categoría dentro del futbol base, en algunas etapas se introducen conceptos y otras se fortalecen y se desarrollan.
Creo que esta evolución está bien contextualizada, a la vista está el alto nivel de los jugadores en todas las ligas. Desde las destinadas al alto rendimiento hasta las del futbol más amateur o regional. Esto es debido a que se trabaja mucho mejor que antes y los jugadores tienen mayor posibilidad de mejorar. Pero como he dicho anteriormente, no hay que ponerse techo. Debemos seguir.

¿Qué es lo que Víctor intenta transmitir a sus equipos?
Le doy muchísima importancia a la competitividad, creo que este factor bien llevado, de una forma sana, puede marcar la diferencia. El estar equilibrado a nivel psicológico también es básico. Cuando hablo de competitividad no me refiero a ser un equipo intenso, que no renuncie al esfuerzo. Esto creo que son principios innegociables para todos los equipos.
Me refiero a tener la predisposición para disfrutar y es que cuanto más se compite más se disfrute. Hablo de estar vivos en los partidos, de intentar ganar en cada partido, de querer y creer en lo que hacemos. Esa convicción creo que son puntos fuertes y que se pueden conseguir a través de la reflexión y del entrenamiento y de la competición. Un equipo competitivo es aquel que prioriza el colectivo, que defiende el equipo con ilusión y entusiasmo.
En primer momento, cuando empecé, tenía una idea muy clave, era fan del juego posicional, con la intención siempre de tener una progresión constante y finalizar jugadas, con dinamismo. En ese momento sonaba un poco utópico, es complicado poder desarrollar estos principios. La realidad te puede plantear otras situaciones a las que debes adaptarte. Hoy en día, hay varios estilos de juego y creo que todos son útiles y válidos.
Me gusta el juego de posición, pero también el vértigo. El futbol te transmite sensaciones y emociones innatas, debemos adaptarnos y poder solucionar contextos de la forma más eficaz posible. El jugador debe saber, pensar e interpretar, es básico para mí.
¿Cómo está siendo para Víctor esta temporada tan atípica?
Pues a nivel personal, está siendo una temporada muy positiva, al estar en un equipo de primera línea en un club como el Villarreal CF, cada entrenamiento, sesión formativa, reunión o partido conlleva un aprendizaje tremendo. Tengo la suerte de estar en un CT muy estable y que tomamos las decisiones de forma muy consensuada.
Esto te ayuda a mejorar y entender el juego desde otros puntos de vista, te enriquece. El Covid es una realidad que nos está perjudicando en ciertos aspectos, limitaciones de equipos, competiciones solo entre provincias, no hay torneos nacionales e internacionales, son experiencias que no podemos vivir este año.
Además de que el tiempo que compartimos con los jugadores fuera del entrenamiento es menor, no hay viajes largos en autobús para convivir, ni torneos como había dicho antes, se deben mantener distancias, no hay vestuarios. Es complicado poder ser tan cercano al jugador como en temporadas anteriores. Esto dificulta la empatía y la reciprocidad.
El vestuario era muy útil para esto. Es lo que nos ha tocado vivir y estamos en permanente adaptación. Es complicado, pero por lo menos seguimos entrenando, esperando a que vuelva la competición. Vale ser optimista, todo pasará y volveremos a ser más felices aún haciendo lo que más nos gusta.
¿Qué es para Víctor el Futbolverdadero?
Desde mi punto de vista, el futbol verdadero es aquel que lleva implícito todos esos valores que refuerzan al colectivo y al propio jugador. No solo en el ámbito deportivo, sino también en el humano. Sí que es cierto que hoy en día se le da mucha importancia al factor económico, es entendible y no vale la pena ser tan romántico, aunque yo lo sea, el futbol ha evolucionado está en otra dimensión.
Hay más intereses económicos, pero el futbol es su esencia, siempre será futbol. En cualquier lugar del mundo habrá un niño chutando una pelota, por el simple hecho de ser feliz haciéndolo. Esto nadie lo podrá cambiar. El futbol es un deporte que, aunque lo económico prime y sea condicionante, jamás te va a dar el 100% de los resultados, no te garantiza con exactitud milimétrica la victoria, aunque si te acercara a ella.
Porque esto, por suerte, nunca irá de 1+1. No, siempre habrá un trasfondo mucho mayor. Es el deporte que amamos muchos, y es que para nosotros es mucho más que eso, es una forma de vivir.

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