
La juventud de este técnico, es un punto a su favor. Empezó muy joven en el área de entrenador y poco a poco quiere ir especializándose y formándose para llegar lo mas alto posible.
A pesar de su edad , tiene bien claro lo que quiere y sabe que lo importante empieza por la base. Cosa que el va conociendo y ayudando a sus jugadores a que con ganas , perseverancia y actitud las cosas se consiguen. En un país como México, en el que cada día el fútbol base va avanzando de forma que cada vez tenga mas importancia por todo el país.
¿Cuáles fueron los inicios de Santiago en el futbol?
Como la mayoría yo creo. Comencé a los 5 años en el colegio jugando de portero y disfrutando con amigos.
Mis padres fueron los que fomentaron a que hiciera deporte y mi colegio me permitió encontrar en el fútbol una forma de expresión que desarrolló sin duda alguna, gran parte de lo que soy hoy como persona.
¿Cómo fue la decisión de hacerte entrenador tan joven?
Lo tuve muy claro. Hubo un momento a los 16 años que ya no me veía como jugador, sabía que ya no iba a llegar y que las oportunidades cada vez eran menos.
Al final, decido dejar de jugar y tenía en la cabeza el no alejarme del mundo del fútbol y vi, en la oportunidad de entrenar, la manera de seguir conectado con este magnífico deporte.
¿Qué entrenador tienes como referencia?
Decir uno sería muy injusto. Creo que intento aprender de la mayoría, porque de todo aquel con el que te cruzas o ves en televisión puedes aprender.
Pero si tuviera que seleccionar alguno yo creo que sería Pep Guardiola por la convicción en sus ideas y la representación de estas en cada lugar al que va o Marcelo Bielsa por los valores que transmite en el día a día desde su posición.

¿Como fuel tus primeros pasos por la Academia de Tigre Occidente en el futbol base?
Fue todo muy rápido. Pasé de dejar de jugar al fútbol en julio y en septiembre ya estaba incorporándome a la Academia Tigres de Occidente.
Un exentrenador mío me había comentado que abriría una academia y que buscaba gente que pudiera ayudarle así que me ofrecí. Inicié con un grupo de 18-20 jugadores de 12-13 años a los que entrenaba tres días y un grupo de 7-8 niños de 4-6 años a los que entrenaba dos días por semana.
Todo era nuevo, y, evidentemente al inicio no sabes muy bien qué debes hacer o cómo lo vas a llevar a cabo, pero conforme pasan los meses todo se vuelve más sencillo.
¿Fueron fáciles esos inicios en el club?
Fue sencillo en cuanto a gestión. La verdad es que tenía la confianza total de los directivos y de los coordinadores de la academia por lo que a mí todo se me hacía más fácil. Era el más joven de los entrenadores y tenía mucho apoyo.
Por otra parte, a nivel de ejecución y de metodología era un poco más complicado. A pesar de tener un manual y ejercicios de dónde sacar los entrenamiento, el llevarlos al campo puede tener sus dificultades, ya que a veces no salía como se esperaba, se repetían los mismos ejercicios o el jugador de repente te pedía algo diferente.
En ese sentido, creo que fue una etapa de mucho crecimiento y me permitió valorar en qué aspectos debía mejorar de cara al futuro. Asimismo, debo estar muy agradecido con los jugadores, los coordinadores y los padres de familia que confiaron en mí y me dieron el beneficio de la duda.
¿Cómo es el trabajo del futbol base mexicano?
Ahora va cambiando un poco. El enfoque, según las academias y los equipos, ya no está tanto en desarrollar jugadores profesionales, sino que en esta etapa del fútbol base, los objetivos están en permitirle al jugador aprender jugando y, a través del juego, desarrollarse fisiológicamente, pero también humanamente.
Desarrollar el carácter, los valores, los sentimientos, etc. Evidentemente quedan cosas por cambiar y por mejorar, pero los primeros pasos y cimientos ya están evolucionando y creo que poco a poco se ven los frutos de todo el trabajo que mucha gente realiza.

¿Crees que se le da suficiente importancia a esta etapa allí?
Sí, sin duda. Ahora creo que muchas más academias o equipos tienen categorías infantiles y buscan justamente eso, desarrollar personas y permitirle a los chicos y chicas un espacio para desarrollarse a través del juego.
Ahora, yo creo que estamos en un momento dónde el fútbol base está tomando un relevancia a nivel mundial por que nos hemos dado cuenta de la importancia de desarrollar personas antes que desarrollar jugadores profesionales de fútbol.
¿Y tú etapa en tu segundo club el Instituto Cumbres San Javier?
Tras dos años en la Academia Tigres de Occidente, Guillermo Terán quien fuera mi coordinador en la academia me invita a formar parte de su cuerpo técnico en el Cumbres San Javier.
La función era ser segundo entrenador, una nueva función que tenía que aprender para seguir mejorando como entrenador. El equipo era una selección con los mejores jugadores de bachillerato (15-18 años) y eran una familia.
Representar a la selección era para ellos un honor y un privilegio, por lo que desde el inicio la exigencia fue máxima. Yo con 18 años era el segundo y tenía ante mí el reto de trabajar mano a mano con gente de mi edad; tenía muy claro que debía hacerme respetar en todo momento.
Fue una etapa que me ayudó a crecer mucho en el trato al jugador y creo, sin duda alguna, que ellos la disfrutaron tanto como yo. Fueron 6 meses increíbles dónde crecí y evolucioné, por lo que solo puedo agradecer a mi amigo Memo y al Cumbres por la oportunidad.

¿En qué hace más hincapié a la hora del entrenamiento Santiago?
Para mí lo más importante es que el jugador disfruté del entrenamiento. Me gusta estar cerca del jugador y conocer las sensaciones.
Yo creo que el objetivo más importante de cada entrenamiento (más allá del objetivo interno de cada ejercicio y sesión evidentemente) es que el jugador disfruté y tenga esa adrenalina y ansiedad por que pase el día y espere el momento de entrenar de nuevo.
Para mí es simplemente eso. Que el jugador disfruté, aprenda y tenga esas ganas de jugar con sus amigos. Si yo como entrenador, con el entrenamiento y el juego como medio logro eso, he cumplido mi labor.
En tu último club has cambiado de Rol ¿Cómo fue el cambio para Analista y Scout?
Tras una temporada como entrenador en Diablos decidí que quería probar un nuevo rol. Presenté el proyecto a la directiva y tuve el apoyo en todo momento, pero fue un trabajo duro de año y medio y se tuvieron que implementar nuevas cosas que llevaron tiempo para poderlas ver florecer.
Había días que se acababa de trabajar muy tarde, y, como era yo solo para tres equipos del club, pues era un poco más complicado. A veces se priorizaban ciertos aspectos más concretos y, en otros momentos, teníamos más tiempo para poder hacer análisis más individuales.
Creo que me ayudó a crear un microciclo de trabajo como analista y también a expresar lo que yo veía desde fuera al entrenador y al jugador.
¿En qué se encuentra más cómodo trabajando?
A mí me encanta el campo y la cancha, pero disfruto trabajar sin tantos focos. Ser analista ha sido una etapa que no descarto volver a emplear porque me gusta intentar analizar porqué se hace lo que se hace.
Ayudar al equipo desde fuera, y poder aportar tu granito de arena para que las cosas sean mejores, más sencillas y permitan la mejora me gusta bastante.
Al final es que no me desagrada la idea de ser primer entrenador, pero sin duda disfruto mucho ser segundo o analista, trabajar sin ser el centro de atención.

¿En qué proyecto está actualmente trabajando Santiago?
Actualmente me encuentro en un intercambio tipo ERASMUS de un año en España. Estoy cursando el tercer año del grado en Ciencias del Deporte y la Actividad Física y la intención es finalizar el grado en España.
Por el momento no tengo equipo, pero sigo actualizándome con cursos o ponencias que me ayuden a crecer como profesional.
¿Qué objetivos tienes de cara al futuro?
A corto plazo sin duda finalizar el grado de la mejor manera posible. Como objetivos a mediano-largo plazo la idea es hacer los cursos de entrenador aquí en España y algún máster en Preparación Física o Readaptación deportiva.
¿Qué es para Santiago el Futbolverdadero?
Para mí es el día a día. La gente que conoces, los amigos que haces, las experiencias que llevas, los viajes en camión, el intercambio de ideas y puntos de vista, los diferentes estilos o modelos, pero por encima de todo y como punto más importante, son los valores y la formación que el fútbol te permite obtener dentro de una cancha.

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