Hoy hablamos con un técnico catalán, el cual lleva muchos años formando dentro del futbol base de su ciudad. Alguien al que no para de formarse en este mundo para progresar día a día.
Vamos a conocer a Santi Flores, que nos comentara como ha sido hasta ahora su trayectoria y nos deja su opinión como entrenador y su opinión sobre el futbol base.
¿Cuándo empezó Santi en la formación en el futbol base?
Pues ya hace muchos años. Ahora ya tengo 43.
De un inicio me formé siguiendo los pasos familiares. Mi padre y mi tío fueron entrenadores siempre, con lo cual de joven aprendí mucho de ellos.Yo empiezo por allá en 1999 aproximadamente, cuando me dan la posibilidad de llevar mi primer infantil en el club donde jugaba.
Más tarde paso a otro club donde sigo en etapas infantiles para llegar por allá en 2005 a un club formativo muy integrado dentro de mi ciudad (Mataró) donde comienzo a prepararme mucho más a fondo.
Ya en este club me formo con mi primer título de monitor y más tarde algunas otras titulaciones no regladas pero aplicables al futbol de formación en general. En la última década, decido seguir aprendiendo aún más para dar un paso evolutivo a nivel personal y realizó el Nivel 2 de entrenador.
En la actualidad estoy acabando en Cenafe Barcelona el Nivel 3 de Nivel Nacional y también he ido realizando cursos formativos en cuanto a Análisis táctico, Pedagogía deportiva y algunos otros aspectos que me parecen fundamentales para seguir progresando en este campo.
A parte de toda mi formación, también me encanta estudiar por mi cuenta, leer mucho y aprender de todos los que realmente aman este deporte. Creo que en el mundo del deporte y más en el formativo no hay nada escrito y cada minuto que paso al lado de mis jugadores me doy más cuenta de que eso es así.
¿De dónde viene esta vocación?
Como comentaba anteriormente, creo que en el fondo me viene de familia. Mi padre tiene el título de Nivel 2 (anteriormente no sé cómo se llamaba), desde 1980.
Él había sido jugador pero muy joven dejó de jugar para sacarse su título y comenzar a entrenar. Había llevado equipos regionales y había sido ayudantes de staff de hasta 3a división. También había llevado equipos juveniles y había sido entrenador de selecciones regionales, etc.
Desde bien pequeño iba con él al campo de futbol, veía los entrenamientos, entraba en los vestuarios, me impregnaba de todo aquello que escuchaba, veía, etc.… Y eso quizá me hizo ver que era algo que realmente me gustaba.
Durante mi formación, en mis primeros años tuve la suerte de estar con él y aprender mucho de sus experiencias y hoy lo mantengo de ayudante en mis staff técnicos pues su experiencia nos sirve mucho a todos y creo, además, que nos conocemos muy bien y sigue siendo muy capaz de materializar mensajes a los jugadores que a veces el primer entrenador no puede realizar.
En definitiva, mi vinculación a los banquillos viene desde la base, desde la propia experiencia de vivirlo desde pequeño y eso hace que me lo tome siempre muy en serio, como si fuera una parte propia de mí.
Quizá en mis primeros años formando, no me daba tanta cuenta al ser más joven. Pero ahora veo que el integrarte mucho más en la dinámica del trabajo bien hecho, con sesiones bien programadas y tener incidencia en todo lo que puede afectar alrededor a los jugadores aporta un plus a tu trabajo y te sientes más armonioso a la hora de trabajar, además de verte como un líder que intentar transmitirles aquello por lo que queremos jugar y llegar a la metas que nos proponemos.
¿Cuáles son los clubs por los que has pasado?
Bueno siempre estuve vinculado a clubs de mi ciudad (Mataró), tanto como jugador como también entrenador.
Como jugador pasé por las Verdiblanca de Mataró, UD Mataronesa, CE Mataró, Liverpool Mataró y Juventus AC Mataró. Como entrenador me inicié como entrenador en la UD Mataronesa para más tarde ir tres temporadas a la Penya Barcelonista de Mataró donde llevé Infantiles y Cadetes.
Tras este paso llegué a uno de los clubs formativos de futbol base de mi ciudad por excelencia, llamado Juventus Asociación Cultural de Mataró (uno de los clubs con más historia de la ciudad y pionero en España en hacer desplazamientos al extranjero, además de ser uno de los pocos clubs del mundo donde en su reglamento interno solo deja que los jugadores jueguen con botas negras). Allí he pasado la etapa más larga como entrenador, desde el año 2004 hasta el 2018.
Actualmente estoy en un nuevo proyecto deportivo en un club de un barrio de Mataró, llamado C.E.Pla d´en Boet donde estoy al cargo de uno de los infantiles del club y ayudando en otros aspectos para mejorar poco a poco la metodología de trabajo.
¿Cómo ha sido tu trabajo en ellos?
Los primeros años fueron claramente enfocados a entrenar y disfrutar. Eso suele ser normal cuando eres más joven y te lo sueles tomar como algo nuevo. Pero desde hace unos años, después de sacarme los primeros títulos, mi papel ha cambiado. Ahora indago mucho más en otros aspectos.
En el club que estaba anteriormente además de entrenar y estar dentro de la propia Junta Directiva dinamizando aspectos más sociales dentro del propio club, también incidí en hacer otras actividades que consiguieran aportar un plus a través del deporte.
Por ejemplo, creamos en 2015 el Primer Campus de Verano que fue todo un éxito y a partir de ese momento ya quedó instaurado dentro del propio club.
En la actualidad (ahora estoy acabando el Nivel 3 de entrenador a Nivel Nacional) estoy en un impás de acciones dentro de este mundillo futbolero. Mis funciones de entrenador son más estrictas y trabajo con mi equipo para conseguir los objetivos de la dirección del club. Gracias por un lado a mi experiencia y por otro lado a mi formación.
Los chicos están trabajando a un nivel excelente y la experiencia, aunque diferente para ellos de otros años, está siendo muy enriquecedora. Pienso que, aunque sea futbol base, se debe trabajar a un alto nivel pues es la única forma de que los chicos vayan progresando.
También en esta nueva etapa, me han dado la posibilidad de crear las primeras jornadas de tecnificación dentro del propio club y el primer Campus dedicado solo a la tecnificación deportiva, donde crearé mi propio grupo de trabajo.
¿En qué proyecto estás trabajando actualmente?
Realmente ahora estoy muy centrado en acabar el Nivel 3 de entrenador que estoy estudiando en Cenafe Barcelona y seguir formándome si puedo algo más en otros aspectos relacionados con el fútbol. Mientras hago los trabajos de entrenador del infantil dentro del club donde estoy y voy realizando otras tareas añadidas.
La realidad es que hace tiempo que le voy dando vueltas a la posibilidad de probar fuera del fútbol formativo, ya que me veo muy capacitado para dar el paso. Al final, por una u otra razón no he acabo dando el paso final al futbol no formativo o amateur, pero creo que en breve apostaré por probarlo.
El proyecto de cara al próximo año es o seguir en el fútbol formativo, pero si es posible con un proyecto claro y muy definido.
Dentro del fútbol formativo no descarto tampoco dar el paso a categorías cadete o juveniles, donde el trabajo es diferente, así como las inquietudes de los chicos/as
Aunque ya he trabajado en esas edades formativas en otras ocasiones es algo que me atrae actualmente pues llevo unos años más enfocados al fútbol infantil y dar el paso en cuanto a la edad es algo que tengo apuntado en la agenda.
¿Cómo ves el progreso de la formación en esta etapa?
Bueno en este sentido hay mucha disparidad. Por desgracia hay muchos club que trabajan por y para el resultado.
En mi caso personal pienso que el resultado no es el que refleja la clasificación o el marcador, ya que en el fútbol formativo hay mucha diferencia en cuanto a nivel entre chicos. Primero por un tema físico y después también por el formato que mantienen las federaciones.
Para mí lo ideal es que en las categorías de fútbol 7 no hubiera clasificación y los chicos y chicas jugaran por año de nacimiento, para no caer en dilemas de jugar contra rivales un año más grandes. Eso igualaría a todas las categorías y haría de la formación inicial algo más justo.
En el fondo las clasificaciones no sirven de mucho en esas etapas. Lo que realmente se debe valorar es el desarrollo de los aspectos básicos del niño/a. Para ello tienen además de poder entrenar, jugar cada semana, pero contra rivales con los que puedan empezar a competir y que no les sea una tortura.
Me he encontrado con casos de llevar un Benjamín de primer año en un grupo de 1a división Benjamín (por cabezonería del club donde estaba de no perder la categoría), donde el resto de los equipos eran todos de segundo año.
Por mucho y buen trabajo que hiciera, la mayoría de partidos se escapan por detalles de disputas físicas o incluso de la propia experiencia de chicos que ya habían jugado una año más que los que yo llevaba. Mi equipo muchas veces jugaba mejor, pero al final acababa perdiendo. Eso en categorías de formación no debería ocurrir.
En el fondo los chicos de esas edades vienen a jugar. A disfrutar de un deporte que les gusta. Para que disfruten, además de buenos entrenamientos, adictivos y donde aprendan, tienen que ver un reflejo en los partidos ganando de vez en cuando para que ellos vean que lo están haciendo de la forma apropiada.
Esas diferencias en las edades dentro de categorías preestablecidas hacen que el fútbol base se corrompa y muchos chicos/as desvirtúen la formación por delante de los resultados.
Por otro lado, tenemos la formación de los padres. Creo que es vital que los padres aprendan conjuntamente con los pequeños y sean parte integrante de la formación. En muchas ocasiones hay padres causantes del bajo rendimiento de sus hijos, por querer formar desde fuera.
Los entrenadores formados, tenemos la idea de mejorar a estos chicos/as para su desarrollo dentro de este deporte, si generamos un ambiente donde los padres dicten otras normas el desarrollo es negativo, las cosas no salen y llega la frustración en etapas formativas.
En definitiva, creo que las etapas formativas son la base de cualquier futbolista. Es donde los chicos/as son esponjas, donde debemos incidir sobre aspectos fundamentales de la propia técnica que más adelante les darán los condicionantes para mejorar aún más en aspectos tácticos.
Donde siempre debe haber un balón por medio en la mayoría de ejercicios y donde deben aprender jugando y sin tensiones.
¿Qué metodología utilizas en tus entrenamientos?
Suelo ser estricto y riguroso en este sentido, además de organizado. Preparo la temporada con tiempo y pensando desde un inicio en las metas que quiero conseguir dentro del grupo. Normalmente en el fútbol base son metas que permitan a los chicos/as mejorar en su desarrollo.
Me estructuro por macrociclos de trabajo para conseguir esos objetivos. Dentro de cada uno de ellos, preparo los microciclos pensando en lo que queremos mejorar y cómo hacerlo de una forma fácil y que aporte conocimientos a los jugadores. Cada sesión de entreno debe ser una píldora que nos aporte valor y mejora.
Las sesiones las planifico detalladamente y los entrenamientos siempre son pensando en dos cosas: mejorar y jugar.
En el fondo son los dos aspectos fundamentales del fútbol base. Los chicos/as vienen a jugar, somos los entrenadores quienes mediante a la formación debemos conseguir que eso pase mediante el juego.
Cada vez suelo intentar, tareas más fáciles y a partir de ahí ir progresando si los pequeños son capaces de desarrollarlas. En la sencillez de las tareas a veces está la clave. Mejor enfatizar en cosas fáciles que harán que después sean capaces de ejecutar de forma correcta las tareas más complicadas.
¿Qué es lo primero que le transmites a tu equipo?
Siempre intento transmitir tranquilidad y seguridad.
Creo que ser tranquilo en cuanto a formas es algo que llevo de serie. Eso no quita que como entrenador en ocasiones me altere. Normalmente soy muy tranquilo en mis explicaciones y no soy un dictador, doy siempre posibilidades a los jugadores para debatir problemas y posibles soluciones.
Pienso que entre todos somos más fuertes y que el jugador debe ser importante dentro de las decisiones del grupo. Todos los comentarios pueden ser valorados, aunque finalmente el entrenador será el que decida.
Por otro lado, intento dar mucha seguridad. Nunca me veréis valorar a ningún jugador por hacer algo mal o algo bien. Siempre les doy el apoyo suficiente y la serenidad para que progresen, todo ello desde la seguridad de lo que intento explicarles como entrenador.
Con estos dos conceptos tranquilidad y seguridad, creo que es fácil llegar a los jugadores, hacerlos parte integrante del grupo y que valoren muy positivamente lo que haces.
Si ven al líder seguro y tranquilo, ellos como jugadores acabarán teniendo esa misma entereza e irán por el mismo camino.
¿A qué le das más importancia en el trabajo dentro del futbol base?
En el fondo el fútbol no deja de ser un juego donde todos participan a partir de darle a una pelota. Con lo cual el balón para mí es fundamental en la formación. Si queremos que los críos progresen, siempre tiene que haber un balón por medio.
Los chicos en su mayoría vienen a jugar al fútbol por el balón. Si les quitas aquello que es parte de su adicción a este deporte, estás muerto. Es por ello por lo que, con esa idea muy clara, siempre busco darle la importancia al balón dentro de todos mis ejercicios y adaptarlos a las necesidades que buscamos en cada momento y en cada etapa formativa.
En los inicios formativos a que jueguen, se diviertan y empiecen a mostrar sus primeras destrezas con una pelota, más adelante a intentar asociarse con los compañeros ya que el fútbol es un deporte grupal, más tarde a entender por qué esa asociación se hace a partir de un posicionamiento dentro del terreno de juego y finalmente, en etapas ya más superiores a entender el juego y los movimientos más tácticos que nos ofrecerán ventajas y soluciones delante de los rivales.
¿Cómo debe ser el trato del entrenador hacia el jugador en la etapa de formación?
Exquisita y formativa.
Siempre he pensado que, si un club me paga para hacer una función de formación deportiva, tengo que dar los valores necesarios para que todos los que rodean esa hábitat vean que tipo de formador soy y solo puedan decir cosas positivas sobre el trabajo que estoy realizando.
Está claro que siempre puede haber intercambios de opiniones. Que nunca todos estarán contentos en un grupo de trabajo, que hay días mejores y peores para todos. Pero en el fondo si formas de forma excelente, acabas creando un ambiente excelente.
En la formación hay que cuidar al jugador/a como si fuera parte de tu vida. Hacerles ver que son de utilidad para el grupo y que su trabajo es importante. Que aquello que les haces hacer es para que progresen y que en el camino del fútbol les hará evolucionar.
Todo ello desde el trato formativo y siempre dando todos los recursos y respuestas posibles al jugador, aunque también dando las correcciones oportunas cuando salte una línea roja.
¿Crees que se le da la suficiente importancia al fútbol de las categorías inferiores?
Bueno en principio creo que para muchos clubs por desgracia el fútbol base es una forma de nutrir el club con ingresos.
Eso se nota cuando ves clubs donde entrenan hasta 10/12 equipos a la vez en un campo de fútbol 11, donde cada equipo ocupa una octava parte del campo y donde lógicamente no se puede trabajar de la mejor manera para enseñar a los chicos/as que vienen a aprender.
Creo que por desgracia se ha desnaturalizado el fútbol base. Muchas veces se deja de lado y no se piensa que todos los jugadores de todas las categorías en algún momento han sido niños y han pasado por el progreso de la formación.
En algún momento todos han tenido que aprender a dar un pase, a saber, golpear un balón con una superficie u otra, a entender que es una pared o simplemente por qué juego con más compañeros en un campo.
Las categorías inferiores deberían ser el espejo del fútbol y las más cuidadas. Tener un fútbol base cuidado te dará un futuro brillante. Es por ello por lo que hace mucho que valoro la formación. Creo que tener entrenadores formados, en la actualidad es vital y por suerte ya son muchos los clubs que están apostando por ello.
¿Qué significa para Santi ser entrenador?
Bufff que pregunta jajajajaja.
¡Es el todo! Es parte de mi vida, parte de mi forma de ser. Cuando no tengo que pensar en fútbol es como que me falta algo. Podría estar las 24 horas hablando de fútbol sin parar…
Pienso que ser entrenador es un tarea en parte difícil. Normalmente eres un incomprendido en un mundo donde todo el mundo entiende más que tú. Pero lo que no saben muchas personas es que, para ser un buen entrenador, incluso en un equipo de críos que están empezando a dar sus primeros pasos con una pelota, no solo es lo que se ve en los entrenos y en los partidos.
Al que realmente le entusiasma, pasa horas y horas pensando, indagando, preparando ejercicios, pensando cuales son las mejores disposiciones para mejorar a sus pequeños, etc.
Es muchísimo el trabajo que hay detrás de lo que se ve. Además, en el fútbol base, por lo general como mucho vas con un ayudante y eso hace que además de entrenador, tengas que ser psicólogo, preparador físico, fisio, analista y en ocasiones hasta casi como un padre para saber conseguir ayudar a todos de la mejor forma.
En fin, ser entrenador es un arte mal pagado por lo general y que debe ser una pasión vocacional.
¿Qué es para Santi el Futbolverdadero?
El futbol verdadero es aquel que te hace sentir en una nube, el que visualizas en tus sueños y por lo general no suele salir en los partidos. Aquel que soñabas cuando jugabas con los amigos en el patio de colegio.
Como dijo Johan Cruyff, el futbol es simple, pero jugar un futbol simple es la cosa más complicada. Sin duda ese es el verdadero futbol, conseguir que, dentro de un orden fácil de entender por lo jugadores, se puedan conseguir grandes retos. Eso es el verdadero fútbol para mí.
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