Hoy presentamos a un entrenador que bien conoce el futbol desde todos los puntos de vista, ya que lo practica como entrenador y también lo hace desde los micrófonos.
Y es que este canario se inició en el futbol base en Salamanca y siguió en su isla, La Palma en diferentes clubs de la isla. Tras un parón y a pesar de la actual situación Miki Duque vuelve a disfrutar de lo que más le gusta junto a los niños de su club.
Hoy nos espera una entrevista en la que nos explica como ve el Futbol Base, y nos cuenta su experiencia, Miki Duque, también creador de la página La vendetta de Naranjito.
¿Cómo empezó Miki en el mundo del Fútbol?
A jugar empezaría más de niño, como todos, pero a los 10 años fue cuando me aficioné realmente al juego. Cuando empecé a seguirlo de verdad, a verlo por la tele, y con el tiempo a leer libros (recuerdo el primero, ‘Mis futbolistas y yo’, de Johan Cruyff, y luego han venido muchos más)
A comprar revistas (de la Don Balón era un fijo, durante un tiempo también estuvo la ‘Futbolista’), a escuchar la radio (escuché durante más de 10 años al equipo de Carrusel Deportivo y El Larguero en la SER y me cambié con ellos cuando se fueron al Tiempo de Juego y El Partidazo de la COPE)… Y hasta hoy.
Nunca estuve federado como jugador de fútbol, sí lo estuve unos años en fútbol sala y sobre todo jugué muchísimo ‘fútbol-calle’. A los 13 años, cuando estaba en 8º de E.G.B., me di cuenta de que no sería futbolista, que era mi sueño, como el de tantos niños.
Había muchos chicos peores que yo, pero también muchos mejores. Entonces decidí que sería periodista deportivo, porque lo vivía mucho y me gustaba contarlo, se me daba bien transmitirlo. Lo de entrenador vino después.
¿Qué fue lo que hizo que te metieras en el mundo del banquillo?
En su día, hace más de 20 años, estuve realmente enviciado al P.C. Fútbol 5.0. Me gustaba más la parte de gestionar el equipo que la de (vídeo)jugar. Poco después hice mis primeros pinitos en torneos de verano con el equipo de mi hermano menor y sus amigos.
En el año 2007 salió una oportunidad en mi isla de La Palma de hacer los cursos de la Federación de manera intensiva, durante todo el verano. Entre julio y agosto, íbamos a clase 6 días a la semana, quitando el domingo, eran 3 o 4 horas al día.
Y así durante tres veranos, 2007, 2008 y 2009, hasta sacarme el título de Entrenador Nacional. La verdad es que te tenía que gustar mucho esto para hacerlo, fueron muchas horas y días seguidos.

¿Por dónde ha desarrollado Miki su trayectoria como entrenador?
Empecé en la temporada 2008-2009 en el Club Deportivo Carbajosa, el equipo de Carbajosa de la Sagrada, un bonito pueblo a las afueras de Salamanca, que fue la ciudad donde estudié (Periodismo, para orientarlo al deporte y más concretamente al fútbol, claro) y donde pasé los mejores años de mi vida.
Esa temporada me estrené como mano derecha de mi amigo José Luis García-Bernalt, ‘Kuko’, que tenía una gran experiencia en la base de la provincia y que llegó a jugar en División de Honor Juvenil con la desaparecida y añorada Unión Deportiva Salamanca. Incluso se lo llevaron a Mareo, una de las mejores canteras de España, pero al poco se volvió a Salamanca por cuestiones personales.
En ese momento yo tenía el nivel 1 y él no tenía título, pero sí muchos conocimientos, por su trayectoria previa como jugador y como entrenador. Yo aprendía de él y lo ayudaba en todo lo que podía como segundo entrenador. Esto lo cuento para quienes sufren de ‘titulitis’ y piensan que por tener un papel ya saben más o son mejores que los que nada más y nada menos tienen experiencia.
No desprecio la formación, pero tampoco la sobrevaloro. Como tándem entrenamos a un cadete con base de jugadores de primer año e hicimos una buena temporada, quedando a media tabla. A la siguiente, la 2009-2010, continuamos y mejoramos mucho el nivel, acabando en la parte de arriba. La verdad es que cuando continúas con un mismo grupo un segundo año, tienes la mitad del trabajo hecho.
Nosotros los conocíamos a ellos y ellos a nosotros, era todo mucho más fácil. Además, el club me ofreció a mí el alevín, Fútbol-7 por aquel entonces. Era muy flojito, pero tenía un buen grupo humano, estaban muy unidos. Todavía recuerdo el primer partido en el que puntuamos, un empate fuera de casa, fue una fiesta. Luego ganamos un par más en la temporada. Los niños progresaron en la medida de sus posibilidades.
También me dieron la oportunidad de trabajar en la escuela de fútbol, donde entrenaba a prebenjamines y benjamines, pero no competíamos. Igualmente, mejoraron lo suyo. Total, que ese año estuve entrenando en cuatro categorías, me pasaba todas las tardes en aquellas instalaciones. Aquel año ya no iba a la universidad y todavía no tenía trabajo estable, así que aproveché el tiempo libre para adquirir mucha experiencia en los banquillos.
La campaña siguiente, la 2010-2011, regresé a mi isla de La Palma y dirigí a la Sociedad Deportiva Tenisca en la categoría infantil. Fue el año en el que más lo viví. Era mi primera experiencia como primer entrenador en fútbol ‘grande’ y me encantó esa categoría. Disfruté y sufrí mucho del fútbol, me sentí más entrenador que nunca.
Teníamos mayoría de jugadores de primer año y quedamos en la parte alta de la tabla. Los chicos mejoraron mucho y yo aprendí un montón. Después, en la 2011-2012, entrené la última categoría inferior que me faltaba, la Juvenil. Fue en la Unión Deportiva San Andrés y Sauces.
No era un grupo demasiado implicado y además era de los que menos nivel tenía. Así que los resultados fueron más o menos los que podían ser, o sea, pobres. Pero a los 3 meses me destituyeron, fue surrealista. No conozco a ningún otro entrenador que haya sido cesado en categorías inferiores a este nivel, una pequeña liga insular, por resultados.
Aunque me consoló recibir mensajes de apoyo de varios jugadores. Además, a los pocos meses de mi salida, el grupo se descompuso y el equipo dejó de competir, ni siquiera acabaron la temporada. Igual es que no era yo el problema.
Y tras un parón de 8 temporadas y media y casi 9 años, en esta 2020-2021 he vuelto a los banquillos para dirigir nuevamente en la Sociedad Deportiva Tenisca, en este caso a su equipo alevín.
¿Cómo has visto la evolución del fútbol base?
Pues la verdad es que con respecto a la última temporada en la que había entrenado, la 2011-2012, han aparecido los móviles con internet por los entrenamientos, incluso en alevines. El tema de las tecnologías se nota en todas partes.
Creo que los niños en general tienen menor capacidad de concentración, atención dispersa, que lo llaman. Y también menor capacidad física. Esto respecto a la época en la que yo era niño.
Nosotros entrenábamos un par de tardes, ya fuera lunes y miércoles o martes y jueves, y jugábamos los sábados, pero luego nos pasábamos toda la tarde del viernes jugando por nuestra cuenta, los recreos en el instituto, las clases de educación física… Aprovechábamos cualquier momento para “echar unas patadas”, que decimos en Canarias.
Además de que había menos coches y se caminaba mucho más. Sobre todo diría que por lo general los niños de hoy son menos vivos, menos despiertos, menos pícaros, tienen menos ‘calle’ y menos sangre. Todo esto en el contexto deportivo, aunque siempre hay excepciones.
A pesar de que los entrenadores cada vez están más preparados. Hay cuestiones innatas, casi genéticas, y otras de hábitos. Algunas entrenables, otras menos y otras nada. Que yo mande a hacer un ejercicio individual de control de balón, me acerque un momento al campo anexo y al volver me encuentre a un jugador sentado sobre el balón (¿aburrido, cansado?), es algo que me cuesta asimilar, difícil de creer incluso después de verlo. Impensable, inaceptable para mí.
La mayoría no sabe atarse las botas, y hablamos de niños de 10 y 11 años. Yo no recuerdo a qué edad aprendí, pero cuando estaba en el colegio, en 1º de E.G.B., con 6 años, cuando ya tenía educación física, seguro que ya sabía. Creo que actualmente muchos padres pecan de darlo todo hecho, de sobreproteger a sus hijos.
Y luego están tan sobreestimulados que muchas veces se aburren o se cansan enseguida, les cuesta mucho concentrarse o mantenerse por un rato repitiendo un ejercicio. Espero que esta fiebre de lo tecnológico se vaya reduciendo con el tiempo, al menos en lo que a estas edades se refiere.




¿Crees que los clubs se preocupan por la formación y desarrollo de los jugadores de sus equipos de la base?
Sí, se preocupan, y quiero pensar que cada vez más. Pero todavía estamos muy lejos de que se valore como se merece el trabajo de los entrenadores de base. Y me refiero tanto a la consideración social como a la remuneración económica, por supuesto. Se aprende mucho más de los 8 a los 18 que de los 18 a los 28.
Lo que nosotros hacemos es construir la base del futbolista, que es lo más importante. Por eso se llama fútbol base. Después, desde que empiezan en categoría absoluta, pueden seguir mejorando, por supuesto, pero lo más importante es lo que traen de la etapa de formación.
Y todos los que hemos pasado por ahí sabemos de las dificultades que entraña el puesto, del tiempo y los esfuerzos que invertimos y del poco reconocimiento o recompensa que recibimos en la mayor parte de los casos. Nadie puede hacer este trabajo por dinero, al menos en clubes normales (imagino que en la base de los clubes de la élite, todo es diferente).
Hay que tener mucha vocación, prácticamente es ‘lo comido por lo servido’ si tienes en cuenta el tiempo que empleas, lo que gastas en transporte… Casi lo hacemos “por amor al arte”
¿Cómo se define Miki como entrenador?
Versátil. En una palabra, sería esa. En dos, versátil y flexible. Te puedo decir que me considero un entrenador más ofensivo que defensivo y aquello de que prefiero ganar 5-4 que 1-0. Pero también sé que, aunque eso es muy fácil de decir y suena muy bonito, es mucho más difícil lo primero que lo segundo, así que no planteo mis partidos ‘a la ruleta rusa’.
Está claro que me gusta más el ataque que el contraataque. Pero entre el fútbol directo y el combinativo, yo me quedo en un término medio. Quiero llevar la iniciativa, pero ser vertical. Todo depende de lo que tenga en mi equipo y de lo que tenga el de enfrente.
Por ejemplo, con mi equipo infantil, como ya comenté, la temporada en la que más lo he vivido, en función del rival llegué a disponer un 1-3-4-3 contra un rival mucho más débil para acabar goleando, o un 1-5-4-1 contra un rival mucho más fuerte para acabar goleado.
Mucha gente dice que el fútbol es de los centrocampistas, y estoy de acuerdo en lo relativo al desarrollo del juego. Pero para el resultado, me parecen más importantes los defensas y los delanteros. Y el portero primero, claro. Para mí esa es la posición más importante del equipo, seguida de la del delantero centro, que por otra parte es mi favorita.
Los goleadores son mi debilidad. Esto se decide en las porterías. Si tuviera que elegir, preferiría que se dijese que a mi centro del campo le falta creación o equilibrio, antes que se dijese que a mi defensa le falta seguridad o contundencia o, sobre todo, que a mi delantera le falta pegada o definición.
Eso me desespera. No estoy despreciando ninguna línea, simplemente dejo claro cuál es mi orden de prioridades. Lo tengo clarísimo. Siempre lo he sentido así. Me gusta que mi equipo sea el que mande, protagonista, pero no soporto el exceso de juego horizontal y ni siquiera soy el mayor fan del juego horizontal bien ejecutado.
Me gusta el ataque vertical. Si puedo llegar a la portería en 5 toques, no quiero dar 10. Y es importante recordar que no está prohibido despejar ni tirar desde fuera. Actualmente parece que hay una obsesión (que, como cualquiera, es insana), por jugar el balón, por el pase, incluso en situaciones de máximo riesgo en defensa o de máximo peligro en ataque.
Y hay ocasiones en las que el despeje es la mejor, por no decir la única opción. Y otras en las que hay que buscar la portería directamente en lugar de estar mareando la perdiz. Esto no es una apología del pelotazo, ni muchísimo menos.
Y me consta que lo he explicado perfectamente, aunque siempre pueda haber alguien que malinterprete o dispuesto a tergiversar. Pero no. A mí me enseñaron que “en el fútbol no hay ‘nuncas’ ni ‘siempres’”, y de eso se trata.
Hay momentos para todo, hay reglas y excepciones. Si tuviera que resumir mi idea de juego en una frase, sería esta: “contundencia en las áreas”.




¿Qué es lo más importante para Miki en el desarrollo de un equipo de la base?
Lo primero es conocer a los chicos y que ellos te conozcan a ti. Cada uno de nosotros es un mundo. Como jugador o entrenador y como persona Cuando llego a un equipo nuevo, los dos primeros entrenamientos, la primera semana, sólo hago partidillos.
Quiero ver cómo juegan. Saber cómo corren, controlan, conducen, regatean, pasan y chutan. Y cómo reaccionan a sus aciertos y sus errores, y a los de los compañeros. Cómo se relacionan con el balón y entre ellos.
Después, dejar marcadas unas pautas claras de comportamiento, de disciplina, de compañerismo. A partir de ahí, transmitirles los conceptos básicos de tu idea del juego. Y sobre todo, hablarles claro, aplicar la meritocracia y ser flexible.
¿Cuál o cuáles son los métodos de trabajo con los que has trabajado hasta ahora?
Pues es una pregunta complicada, porque nada tiene que ver lo que hacía con los juveniles con lo que hago ahora con los alevines. Eso sí, siempre he intentado trabajar lo mínimo posible sin balón.
Se puede trabajar mucho, incluso físicamente, con el balón. A los chicos les gusta el balón, por eso juegan al fútbol. No hay que olvidar que este juego gira en torno a la pelota. Esto no es atletismo ni crossfit.
Siempre intento trabajar la mayor cantidad posible de situaciones de partido. Eso me enseñaron en los cursos y en eso creo. Es algo de pura lógica y sentido común. Ya sabes que se juega como se entrena.




¿Qué ha sido lo mejor que te has llevado hasta ahora?
Pues creo que lo mejor es la experiencia de saber qué se siente al sentarse en un banquillo. Da igual la categoría. Tener un grupo humano bajo tu responsabilidad.
Y saber la cantidad de cosas de las que tiene que estar pendiente un entrenador, más allá de elegir una alineación, un determinado sistema táctico y hacer los cambios, que es lo único que ve la gente, lo que se hace el día del partido. Siempre había sido respetuoso con el trabajo de los entrenadores, pero a raíz de serlo yo, incluso más, lógicamente.
La gente llega el sábado por la mañana y critica una alineación o un cambio sin tener ni idea de cómo han entrenado esos jugadores durante la semana, o si han faltado a entrenamientos, de cómo se han comportado, de si alguno ha tenido molestias, de lo que sabemos del rival…
Y además de todo eso, en el fútbol base, también tenemos que conseguir que todos los niños jueguen una cantidad considerable de minutos, no dirigimos el partido pensando solo en el resultado.
Y luego surgen imprevistos, como lesiones, o que un jugador esté recriminando a un compañero o protestando al árbitro de manera insistente, y esa falta de compañerismo y respeto yo la castigo con el banquillo de manera inmediata, independientemente de que ese niño pueda ser el mejor del equipo y ese cambio me pueda hacer perder el partido.
Todo eso no quita que a los entrenadores se les pueda criticar o discrepar de sus decisiones, por supuesto. Pero siempre con conocimiento de causa, con argumentos y desde el respeto.
¿Cómo ves actualmente el nivel del fútbol no profesional?
Sin duda ha bajado. Hace 20 años, cuando yo era juvenil, sólo los mejores llegaban a Tercera. Hoy casi parece que los que no llegan es porque no quieren.
Porque dejan el fútbol o dejan de tomárselo tan en serio como sería necesario. Algunas veces está muy justificado, cuando se van a estudiar fuera, sobre todo. Pero otras muchas es por pérdida de interés o por falta de sacrificio. Y eso me da mucha pena.




Siendo canario, ¿cómo ves el trabajo en la cantera de los clubs más importantes de las islas?
Pues mira, la verdad es que en general te diría que deficiente. En Canarias, con la tradición de fútbol que hay, la pasión por el juego, el clima privilegiado que tenemos…y más de 2 millones de habitantes, la 7ª comunidad de España en población, deberían salir jugadores de élite de debajo de las piedras.
Con el Tenerife y Las Palmas en 2ª, ha decaído mucho el número de canarios que juegan en Primera, aunque nunca han sido tantos como deberían haber sido. En Tenerife siempre han sido menos valientes a la hora de dar oportunidades a canteranos.
En Las Palmas sí que se han atrevido históricamente, pero muchos se han perdido por el camino por su mala cabeza. Creo que es algo que debería cambiar. Yo no soy director deportivo ni sé cuál es la fórmula, pero conociendo como conozco las circunstancias futbolísticas del archipiélago, te aseguro que, si se hicieran las cosas bien a nivel de cantera, tanto el Tenerife como Las Palmas estarían habitualmente en Primera y con mayoría de jugadores de la tierra.
Como pasa en tu tierra con el Athletic y la Real Sociedad, sin ir más lejos. De hecho, Las Palmas ya lo consiguió, tanto en su época dorada en los ’70 como en su última etapa en la máxima categoría, aunque esta duró poco. El Tenerife nunca.
También es verdad que el futbolista es primero persona, y al canario, por norma general, le cuesta mucho alejarse de su tierra. He conocido varios casos de jugadores en mi isla de La Palma que habrían podido progresar marchándose a jugar a la Península a equipos de 2ª B y han preferido quedarse aquí jugando en Tercera.
O que se han ido y han vuelto enseguida porque extrañaban su zona de confort. Deberían priorizar la potenciación del talento de casa y encauzarlo antes que arriesgarse a traer medianías de fuera. Es más barato y a la larga más rentable, una inversión segura, aunque sea a medio y largo plazo.
¿Crees que los clubs deberían trabajar el ámbito psicológico en estas etapas?
Yo creo que el factor psicológico es el más importante en el deporte de élite. En la base no debería ser tan fundamental, pero por supuesto que no estaría de más, nunca vendría mal.
Está claro que hay niños, especialmente los de familias desestructuradas, que muchas veces lo necesitan. La gran mayoría de niños más indisciplinados que me he encontrado, compartían ese problema de base.




¿Cuál es el proyecto en el que trabajas actualmente?
Actualmente entreno a la Sociedad Deportiva Tenisca de categoría alevín. Es un reto bonito, volver 10 años después al club donde más entrenador me he sentido, en aquella ocasión con el Infantil.
Además, ahora es Fútbol-8, un jugador más que cuando yo entrené por primera vez a niños de esta edad, 10 y 11 años, y la verdad es que me parece un cambio a mejor. La pena es que por ahora sólo tengo 9 jugadores, así que la plantilla es muy corta, apenas un par de cambios suponiendo que estén todos disponibles.
Nos están ayudando tres benjamines a completar las convocatorias. Pero es un buen grupo, lo que más me gusta es que no hay dos jugadores iguales, nunca los hay, la verdad, pero ni siquiera parecidos, tenemos un poco de todo. Es un equipo en construcción y vamos progresando adecuadamente.
¿Qué es para Miki el Futbolverdadero?
Para mí el Fútbolverdadero es el que cada uno siente. No soporto a los puristas. Me maravilló el Barcelona de Guardiola, con su dominio abrumador y su juego de posesión y toque llevado a un extremo preciosista, y me impresionó el Atlético de Madrid de Simeone, un ejército de supervivientes que hizo del sufrimiento un arte y dignificó la palabra equipo.
Cada uno hizo lo mejor para su grupo teniendo en cuenta los jugadores de los que disponía. Me encantaba el Sevilla de Juande Ramos, uno de mis equipos favoritos de siempre, que hacía el fútbol que más me gusta. Transiciones rápidas, juego por bandas, muchos pases verticales…buscando llegar a la portería de la manera más rápida posible, y una vez allí, siendo contundentes.
El Barcelona de Cruyff fue el equipo que hizo que me enganchara al fútbol, el Madrid de Valdano despertó toda mi admiración, el Atlético de Radomir me sorprendió como pocos, el Tenerife de Valdano me llegó al corazón y el de Heynckes, otro de mis preferidos a nivel histórico, me llenó de orgullo canario…
Y por supuesto, me enamoró la Selección Española de Luis Aragonés, mi equipo y mi entrenador favoritos. Me pone el Liverpool de Klopp, con su estilo eléctrico. Diría que es con el que más me identifico actualmente de los de la élite.
Admiré muchísimo el trabajo de Asier Garitano en el Leganés. Aplaudo el currazo de Bordalás en el Getafe y el de Imanol en la Real. Y me gusta mucho la idea de la nueva selección Española de Luis Enrique, uno de mis entrenadores preferidos de la actualidad.
Pero los considero a todos igual de verdaderos. Respeto al máximo la diversidad de ideas y la variedad de estilos. Son los que hacen al fútbol tan grande, además del hecho indiscutible de ser el deporte más imprevisible que existe. Y por supuesto el ‘fútbol calle’, el que más he jugado yo.
Me gusta todo el fútbol. Y estos valores son los que intento transmitir en mi página de facebook de fútbol, La Vendetta De Naranjito, que aprovecho para recomendar, con tu permiso. Yo siempre digo que este juego tiene un reglamento y un árbitro para aplicarlo – además ahora auxiliado por el VAR -, y a partir de ahí, cada uno juega como quiere o como puede. Y eso es para mí el Fútbolverdadero.



