Un entrenador es una figura muy importante dentro de un club y más en el futbol base. Hay que conocer muy bien este futbol y saber como realizar este trabajo. Hoy el entrenador que nos acompaña, tiene la experiencia y el conocimiento sobre este futbol.
Es uno de esos entrenadores que sabe de la importancia de este deporte y que gracias a su amplia experiencia y su paso por todas las categorías tanto en femenino como en masculino, y por diferentes países, nos pueden dar un buen consejo y hablar de lo que significa para el este futbol.
¿Cuándo empezó Juan en los banquillos?
Pues muy joven, en 1976 -con 19 años- empecé a hacer los cursos federativos, pero ya desde hacía dos años colaboraba con amigos que trabajaban entrenando en fútbol regional y de iniciación, y ya tenía el título de Monitor Polideportivo, hoy extinto pero que se obtenía en un curso intensivo del entonces llamado Consejo Superior de Deportes.
A partir de 1977 ya entreno con el título que llamaban “de Juveniles”, lo que luego pasó a ser Nivel I.
¿Qué es lo que te llevo a tu pasión por ser entrenador?
Supongo que es una tendencia natural. También estoy habilitado como profesor de Ciencias Sociales y en EEUU tengo las licencias docentes de Louisiana y de Oklahoma.
Me atrae la enseñanza. En los equipos de mi calle, siendo un mocoso de 11 y 12 años, ya hacía de jugador-entrenador.
¿Cómo recuerdas tus inicios en él?
Con muchísimas ilusiones, mucha entrega, mucho rebuscar información (lo que hoy es saturación por todas partes entonces era una tremenda escasez) y muchos errores cometidos también.

¿Por qué clubs has desarrollado tu carrera?
Va a ser una contestación larga…Ciudad Jardín y Oza Juvenil en La Coruña; CD Benavente y Colegio Virgen de La Vega en ese gran pueblo zamorano;
Peña Alevime-Motrauto en León; UD Norte, UD San Andrés y Sauces, EF La Unión, Colegio Público Barlovento casco, SD Tenisca, CD Azuguache, CD TARSA y selecciones cadetes y alevines en la isla tinerfeña de La Palma;
Cajun Soccer Club, Saint Pius Elementary and Middle School, Lightning SC y Rage SC en Lafayette (Louisiana) y Baton Rouge SC en Baton Rouge, también en Louisiana (EEUU).
Ahí ya entrar a detallar categorías sería muy “rollento”, porque desde Primera Nacional Femenina y Tercera Nacional Masculina hasta benjamines, incluyendo campamentos de fútbol, he entrenado en todas las categorías de ambos sexos, tanto en España como en EE. UU. Son muchos años y muchas aventuras.
¿Cómo ha cambiado la formación desde tus inicios tanto el futbol base como el amateur?
Como te decía antes, en los setenta y ochenta del siglo pasado tenías los cursos y los textos de la Escuela Nacional de Entrenadores de Fútbol, que eran buenos, y luego pues había que buscar los escasos libros que se publicaban en castellano, bien de autores hispanohablantes, bien traducidos -sobre todo de las dos Alemanias y Francia-, y era una busca apasionante, porque en España no había revistas “serias” sobre fútbol.
Ahora hay cursos y seminarios por todas partes, publica cualquiera (yo incluido, que tengo una larga lista de artículos en revistas profesionales), tanto en formato literario como videográfico, y se hacen cursos federativos y ministeriales en cualquier ciudad.
Todo es mucho, infinitamente más fácil. Pero, al mismo tiempo, se ve mucho material absolutamente prescindible. Al lado de cosas realmente excelentes, por supuesto. Pero hay inflación, insisto. Si quieres coger un refrán, concluyendo, probablemente “vale más que sobre y no que falte”…
¿Crees que ahora se le da más importancia a este futbol que antes?
Con “ESTE FÚTBOL” supongo que te refieres al fútbol de base. Si es así, sin duda ahora estamos mucho mejor. Antes había tres categorías (infantil, juvenil, adulto), nada de fútbol de siete, ocho o nueve jugadores, sino todo “a once” (salvo el fútbol sala que iniciaba en España), y ahí había que encajar edades, con las tremendas desventajas que tenías cuando eras el más pequeño de grupos de edad de hasta cuatro años…imagina.
En los cursos federativos, además, ni mención se hacía a la metodología y características del fútbol-base, ni una palabra…Eran cosas que tenías que estudiar en esas publicaciones que buscábamos como locos los más apasionados, etc.
Nada que ver estos tiempos con aquellos. Los entrenadores de entonces fuimos casi héroes…con la ventaja de que como éramos muy pocos, nunca faltaba equipo que entrenar…gratis, eso sí.
Como te digo, este mundillo y aquel se parecen solo en que se trata de jugar al fútbol; todas las circunstancias que rodean al hecho se parecen como un huevo a una castaña.
¿Qué es para ti lo más importante en un equipo?
En un equipo todo es importante. Desde el presidente hasta el más humilde ayudante si hablamos de “club”.
Ahora, ya a la hora de entrenar y jugar, sin más consideraciones, como todo en la vida: la ilusión, la motivación.
Afinando un poco más, y yendo a lo psicológico, que me parece fundamental, un equipo deportivo se basa en la cohesión, la motivación y la autoconfianza. Sin eso tienes cero, nada.




¿Utilizas alguna metodología en tus entrenamientos?
No. No utilizo UNA metodología, porque utilizo muchas, dependiendo del nivel, categoría, sexo, país, tipo de actividad (liga larga, corta, copa, campamentos…).
Si como docente o entrenador no tienes todo eso en cuenta, lo vas a hacer muy mal. Con un modelo fijo acertarás de cuando en cuando, si por azar “casa” tu manera de trabajar con lo que pide el asunto; siendo flexible encajarás en muchos más escenarios.
Una cosa sí tengo invariable: hablar mucho con los jugadores, dejar que ellos también hablen, y preguntarles mucho sobre cómo se sienten y entienden las situaciones y las jugadas. Una mezcla de dirigismo y descubrimiento guiado…una cierta mayéutica o método socrático.
¿En qué proyecto trabajas actualmente?
Pues acabo de finalizar una temporada en Regional Preferente Tinerfeña masculina, y sigo dándole forma a un libro que me gustaría publicar -sobre Metodología para la enseñanza de la táctica, precisamente- y que tengo entre manos desde ni se sabe cuántos años…como Penélope.
¿Cuál ha sido la situación más complicada que te has encontrado? ¿Y la más agradable?
La de esta última temporada no ha sido manca, no: refundar un equipo para Preferente con adultos de cerca y que llevaban cinco años sin actividad federativa (algunos incluso no habían jugado jamás en fútbol adulto).
Ha sido realmente duro, muy duro, pero hemos completado la campaña, que no es poco. Otra situación chunguilla fue hace tiempo, en Liga Nacional de Juveniles, cuando me llamó un equipo al que faltaban solo cuatro partidos para acabar la temporada; habían llegado a ser terceros en su grupo, una maravilla, pero en la segunda vuelta raramente habían ganado y les faltaban tres puntos para asegurar matemáticamente la categoría.
Me extrañó la llamada, porque, desde fuera, yo creía que lo tenían hecho, pero el entrenador era y es un muy buen entrenador y amigo mío, y me lo pidió personalmente…Fui, al segundo día de entrenamientos ya vi el motivo del terror que rodeaba al grupo -motivo que no voy a contar, evidentemente- y tuve que remangarme; por fortuna salvamos la temporada, ganando ese partido que necesitábamos, pero fue una situación complicada.
Un año, en alevines, tuve un grupo que tan pronto mirabas a otro lado, literalmente se pegaban; no se soportaban desde temporadas anteriores, y los padres no colaboraban en absoluto…Lo dejé a mitad de temporada, porque era imposible.
Y en EE. UU. tuve unas niñas también alevín y unos niños igualmente de esa edad que jamás habían ganado un partido oficial, jamás; bueno, si es que algunos y algunas se apartaban de la pelota -durante los primeros entrenamientos- cuando esta les venía fuerte…estaban en la fase que los franceses muy acertadamente llaman “La pelota y yo”, que es la más elemental.
Con ellas acabamos subcampeonas de copa, imbatidas, y con ellos subcampeones de liga. Quizá haya habido otras situaciones más complicadas, pero yo no las recuerdo.




¿Crees que los directivos y entrenadores inculcan el valor del club por encima de los beneficios del jugador?
Hay de todo, pero creo que, lamentablemente, en el entorno futbolero hay una absoluta sumisión al “figura”, sobre todo si hace ganar partidos. Entiendo que en adultos -profesionales incluidos, por supuesto- se haga todo lo posible por contentar al jugador decisivo.
También entiendo que, en la base, has de hacer todo lo que puedas y más por “enganchar” al grupo a todos los chicos, sobre todo si tienen aptitudes y más si son excelentes.
Pero de ahí a rendir pleitesía, servilismo, hacia “el muy bueno” hay un trecho, hay una línea que no se debe cruzar, y que se cruza a diario, porque a todos nos gusta ganar y porque los ejemplos que nos llegan del fútbol estelar son nefastos.
Yo he cruzado esa línea solamente -que yo recuerde- una vez, no hace mucho, y, como todo depende del momento, realmente no sé si hice bien o mal, porque era una jugadora absolutamente diferencial y el equipo era muy flojo…pero creo que va a ser la última vez que lo haga: no valió la pena. Una vez y no más.
¿Cómo ves actualmente el futbol de la región Canaria?
Pues si te refieres a la canaria…Lo veo mal. Y no por el tema del virus, que esa es otra, sino por el ambiente general.
Veo mucho conformismo, mucho vicio, muy poco esfuerzo, mucho “gadchet”, mucha sobreprotección paternal, mucho botellón, mucha fiesta, mucha tontería.
El futuro del fútbol aficionado, desde adulto a benjamines, lo veo con mucho pesimismo en nuestro entorno latino y fiestero.
No digo que se vaya a extinguir, pero -al igual que la docencia en general- creo que los entrenadores -como los maestros y profesores- van a volver a ser héroes; no por falta de materiales, como en mi juventud, sino por falta de respeto al que manda y por exceso de complacencia y vicio.
¿Qué parte de importancia tiene el aspecto psicológico en los equipos?
Si te digo que he cursado varios masters sobre el asunto y que yo mismo soy profesor de Psicopedagogía en cursos para entrenadores, ya no hace falta contestar más, pero lo haré, ya puestos: fundamental.




¿Qué significa para ti la palabra entrenador?
Depende un poco de las circunstancias, como en todo en la vida. En algunos entornos, edades, etc. eres un maestro de deporte; con algunos jóvenes eres casi un padre (y los momentos más emocionantes que vivo es cuando alguno, ya adulto, te dice que lo has sido para él, o te trata con un respeto que así te lo indica, aunque no se verbalice); con los mayores eres más bien un guía…y en grupos o categorías más conflictivas puede que a veces te acerques bastante al papel de un duro capataz…Depende. Siempre, de alguna manera, enseñas fútbol, pero luego los matices varían.
¿Qué objetivos tienes a corto-largo plazo?
Pues acabar el dichoso libro y poner en marcha una escuela de fútbol bilingüe y mixta, a corto plazo. A medio, entrenar a equipos “normales”, de cualquier categoría.
A largo, cuando me jubile de mi trabajo principal (no me queda mucho, sólo 19 meses) quizá entrenar, en períodos más o menos largos y en otros países a niños y jóvenes que todavía se mueran de ilusión por jugar en torno a un balón y no tanto por comprar el último modelo de teléfono personal.
En cualquier caso, un entrenador siempre depende un poco de lo que ofrezca su entorno.
¿Qué es para Juan el Futboverdadero?
Todo el fútbol es verdadero. Iniciación, aficionado, profesional…femenino, masculino…todo él es verdadero. El entrenador ha de saber dónde puede y dónde quiere estar, no confundirse.
Esto es importante, y es algo que resalto en la asignatura que enseño a entrenadores. Saber cómo eres, saber lo que te rodea y saber dónde encajarías mejor.



