Lo primero que quiero es dar las gracias por esta oportunidad, por mostrarnos las diferentes y variadas realidades del fútbol y por el gran trabajo que se está desarrollando desde Fútbol Verdadero.
¿Cuándo empezó Ernesto en el mundo del futbol?
Como jugador llegué un poco tarde al fútbol. Jugaba al baloncesto, pero me tiraba bastante más patear el balón que agarrarlo con las manos, así que cambié a los 12 años.
No me equivocaba en la vocación. Jugué hasta los 23. Siempre dije que jugaría hasta que dejase de divertirme y ese día llegó, pero el fútbol no dejó de gustarme nunca.
Y al año siguiente, con 24 se me ofreció mi primer proyecto como entrenador. Y aquí sigo, a punto de empezar mi 19ª temporada en un banquillo.
¿Cuál fue el primer club en tu etapa de entrenador?
Guardo un grato recuerdo de aquel primer club, era el equipo en el que jugaba, el equipo de mi barrio en Ferrol, la Sociedad Recreativa y Deportiva Canido. Era un equipo juvenil formado por jugadores de primer año en la categoría.
A día de hoy sigo conservando una buena amistad con varios de los jugadores de aquella plantilla. Como decía un recuerdo muy grato.
¿Cómo has ido progresando durante tu etapa de entrenador?
La verdad que ahora miro en perspectiva y creo que el querer crecer debe ser de modo paulatino. El crecimiento debe estar acompañado de una buena formación. En su momento fui demasiado ambicioso y mi formación no era la suficiente.
Obviamente, la experiencia es un grado y hoy en día veo cosas que hacía años atrás y me arrepiento tanto a nivel formativo de los jugadores que han pasado por mi tutela.
Lo bueno es que todo esto ha servido para aprender y a día de hoy me considero un buen entrenador y formador de fútbol base.
¿Cómo es para Ernesto poder ayudar dentro del futbol base?
Desde luego lo veo como algo vocacional. Siempre he tratado de sacar todas las lecturas a las situaciones vividas. En mi época de jugador tuve entrenadores de los cuales aprendí aspectos positivos, pero también tuve entrenadores que hacían cosas que, personalmente, no me gustaban en exceso.
De esas lecturas negativas trato de sacar también el aprendizaje de lo que no he de hacer. Así trato de transmitirlo a mis jugadores: sacar lo máximo del aprendizaje positivo y leer que de las cuestiones negativas se puede aprender también.
¿En qué proyectos estás actualmente?
Actualmente, continúo como entrenador del juvenil “A” del Sporting Cambre (llevo ya 8 temporadas en el club en dos etapas). Esta será mi cuarta temporada con este equipo y aunque digo que el máximo que debe permanecer un entrenador con un grupo son 2 años.
Contando que el año de la pandemia no se pudo competir y que del primer año que llegué a la categoría ya no queda ningún jugador en la plantilla, pues todos son sénior, pues me he animado a continuar una temporada más.
Además de entrenar, me acaban de contactar desde América Latina para colaborar con un proyecto de detección de talento y capacitación de jugadores. Es un proyecto en ciernes, pero ilusionante.
¿Cómo se define Ernesto como entrenador?
Cada día que pasa me doy cuenta de que el jugador demanda más del entrenador. Es exigente y hay que estar preparado para dar respuesta a todo lo que nos pueden plantear. Eso es algo que te lleva a prepararte día a día. En todos los aspectos relacionados.
Así me considero una persona con una alta capacidad formativa. Quiero que los jugadores entiendan lo que tienen que hacer, pero sobre todo que sean autónomos para tomar las decisiones correctas en cada momento.
Y desde luego, creo que el error es algo inherente a la condición humana y tiendo a desdramatizar los errores. Suele pasar que muchos jugadores se frustran con los errores.
Yo intento que eso no suceda. Intento que el error sea parte del juego y que seamos capaces de asumirlo y dedicar el mínimo tiempo a pensar en los errores. Si hay un error, se soluciona, luego veremos las causas de esos errores.
¿Definirse? Creo que quien mejor define a un entrenador son sus jugadores y las relaciones con el paso de los años. Dice siempre un compañero que el fútbol está para divertirse y hacer amigos. ¿Divertirme? Siempre. ¿Hacer amigos? No lo concibo sin esta parte.
Como decía antes aún mantengo contacto con jugadores de aquella primera plantilla que entrené y que, a pesar de mi inexperiencia y déficit formativo por aquel entonces, siguen teniendo un buen recuerdo de aquel año.
¿Cuál es la metodología con la que trabaja Ernesto?
Creo que no existe una única manera de trabajar metodológicamente hablando. Cada plantilla, cada grupo, cada jugador son diferentes y cada uno demanda trabajar de una manera.
Mayoritariamente, a los entrenadores nos gustaría trabajar con un método global, pero eso, en ocasiones nos hace desviarnos de los objetivos principales y secundarios de las tareas.
Si a nosotros ya nos resulta complicado, mucho más a los jugadores que están formándose y que cuándo se plantea una tarea quieren atacar/defender según les corresponda y eso nos desvía de los objetivos.
De ahí que crea que hemos de ser ciertamente flexibles a la hora de aplicar metodologías, al menos en canteras “no profesionales”.
¿Qué es lo más importante de trabajar en un grupo de Ernesto?
Hay una serie de valores que siempre exijo y que son mi biblia: compromiso, implicación, trabajo, pasión y humildad. Si esto se cumple lo demás fluye. Puedes aprender de todo, pero hay cuestiones que han de tenerse dentro. Si perdemos esa esencia, para mí, todo es muy complicado.
¿Crees que el aspecto psicológico y tener alguien que trabaje esto en el cuerpo técnico es importante?
El componente psicológico siempre ha sido una parte tremendamente importante dentro del contexto de un equipo. Hasta ahora se le ha dado poca importancia, pero cada vez se está viendo que la implantación de la figura del psicólogo es trascendental.
Lo vemos en el fútbol profesional, muy distante y distinto al fútbol de base, pero será una tendencia que de cara a futuro debe tener un peso importante.
Por algo la formación de técnicos tiene una parte de formación en psicología, que nos acerca a esos contenidos, aunque son los profesionales de la materia quienes deben estar en los cuerpos técnicos de los equipos para tratar esta área.
¿Cuál es la clave para una buena formación dentro del futbol base?
Dice Javi Gracia que hay que destacar y potenciar la figura de los entrenadores en la base; que los mejores entrenadores deben estar cuánto más abajo mejor. Yo añado algo más.
Además de ser buenos entrenadores hay que destacar a los formadores. La formación en la base debe ser integral. De nada nos sirve que los niños tengan claros conceptos técnicos, tácticos, físicos si todo esto no lo acompañamos de un buen comportamiento, respeto, humildad.
Dentro de un contexto debemos acompañar esto de unas directivas que propicien y fomenten esto: dotar a los cuerpos técnicos de herramientas, instalaciones, material.
¿Cómo ves el progreso de esta etapa en una comunidad como la Gallega?
A nivel global se tiene una buena salud. Solo hay que ver los éxitos de las selecciones autonómicas en los diferentes campeonatos de España por autonomías.
Todo esto va acompañado de una creciente formación de técnicos que se va notando día a día en las competiciones lo que redunda en una mejoría de las posibilidades de equipos de base.
Como en todo hay cosas que deberían trabajarse para mejorarlas, pero esto sería tema para una entrevista completa.
¿Cómo se presenta esta nueva temporada?
Tras una temporada algo frustrante (nos quedamos a 1 punto de la fase de ascenso viéndonos abocados a jugar una fase de descenso) y teniendo en cuenta los objetivos que nos marca el Club (mantener la categoría y formar jugadores para el primer equipo de la entidad) queremos ser ambiciosos sin perder de vista los objetivos.
Creo que el año pasado los conseguimos con creces, ya que no pasamos apuros para mantener la categoría y el equipo sénior acaba de debutar esta pretemporada con 9 jugadores procedentes del juvenil en las últimas 3 temporadas siendo titulares en el primer amistoso de este año.
Son motivos para estar contentos y orgullosos del trabajo y esta es la línea que queremos seguir. Formar a los jugadores lo mejor posible, ser competitivos en todos los partidos y conseguir que estos chicos estén preparados para el salto a sénior.
¿Qué es para Ernesto el Futbolverdadero?
Ayer paseaba por una pequeña villa en el centro de Galicia. En la plaza del pueblo había una señal que prohibía jugar al fútbol. Y en la plaza un grupo de chicos de no más de 14 años jugando las míticas “pachangas” que yo recuerdo de niño.
Así debe ser el fútbol. Irreverente, divertido, callejero. Lo hemos perdido entre todos. Encorsetamos niños desde pequeños, les damos demasiados parámetros, demasiada información y los robotizamos. Y el fútbol de calle siempre está ahí. Juego individual, engaño, desborde.
Algo que pocas veces se ve en los campos de fútbol y que cuando lo vemos nos llama mucho la atención, nos llena los ojos de estrellas y nos gusta tanto. Pero lo coartamos.
Pero ¿qué hay más bonito que jugadores intentando regatear? ¿Jugadores creativos? Debemos permitir más que se disfrute de esto. Jugadores, afición, entrenadores… hasta los árbitros disfrutan del talento. Eso es el fútbol verdadero. Escuchar un: ¡¡¡Ooooooohhhhh!!! En la grada tras un regate.
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