Hoy hablamos con un entrenador bizkiano que ha hecho de su pasión su trabajo. Y es que lleva tiempo en el mundo de los banquillos, y ha desarrollado una carrera importante en ellos , incluso hasta llegar a ser director deportivo y director de una escuela de entrenadores.
Hoy conocemos a Ander Huete , que nos va a explicar como ha sido su trabajo hasta ahora por los banquillos y su experiencia en ellos.
¿Cómo recuerda Ander sus inicios en los banquillos?
Mi historia es un poco extraña. Extraña porque mi entrada en los banquillos fue totalmente circunstancial. Yo soy ingeniero, mi vida la había enfocado y me iba muy bien en el mundo de la gestión de empresas. Me casé joven (24 años) y tuve dos hijos también pronto. Mi hijo mayor, Mikel, es un enfermo del futbol desde que nació.
Cuando tenía 6 años un amigo me “engañó” para ver si le ayudaba con el prebenjamin en el Club Portugalete. Yo no disponía de mucho tiempo, ya que mi puesto en la empresa era de gran responsabilidad y siempre estaba viajando. Pero bueno, me lo tomé como un reto para estar más tiempo con mi hijo. Así estuvimos 2 años, hasta que entró una nueva directiva y consideró que ningún padre debe entrenar a su hijo.
El hecho es que me ofrecieron, por mi perfil, entrar en la directiva para echar una mano y allí fui. Ahí empecé a ser consciente de lo importante que era para mí el fútbol base, tanto que tuve que dejar la directiva por discrepancias sobre cómo estaba enfocada la formación. Estuve 1 año tranquilo y al año siguiente por casualidad, ya en el Santurtzi, el entrenador de mi hijo dejó el club y me ofrecí a “entrenarles” mientras venía otro.
Cuando vino, me dijo a ver si le quería ayudar, que le había gustado cómo “entrenaba”. Fue ese año cuando vi un cartel en el que ponía MONITOR DE FUTBOL BASE impartido por el Athletic Club. Probablemente, mi manera de entender la formación me hizo pensar que tenía que aprender si quería enseñar.
Todavía no sabía lo que era el fútbol. Fui a mi primera clase, nervioso de saber qué me iba a encontrar, porque de fútbol “yo sabía todo, parecía que lo había inventado”, madre mía que osada es la ignorancia. Y apareció Diego Gil de Gómez y mi cabeza hizo click.
Puedo decir muy orgulloso que gracias a este gran profesional y amigo, mi vida giró 360 grados hacia mi pasión. He tenido que tomar decisiones muy complejas, ya que tirar por la borda un buen puesto y una buena proyección no es una decisión fácil a nivel personal ni familiar. Pero hoy es el día que puedo sentirme afortunado por poderme dedicar profesionalmente a lo que más me gusta.
¿Cuáles son los clubs por los que has desarrollado tu tarea como entrenador?
Entrenando en el Santurtzi, acabé el curso de Monitor del futbol base y empecé con el Nivel 1, nivel 2 y Nivel 3 consecutivos. En esa época estaba con infantiles. Pero yo tenía muy claro que lo que realmente me movía el alma es el futbol base. Presenté un proyecto de 4 años al club, pero no le convencía.
Así que me puse a buscar otros clubes con esa idea. Tuve la oportunidad de elegir dónde incorporarme: Danok Bat, Arenas – Romo o Barakaldo. Al final me decanté por el Barakaldo como coordinador en la etapa que aquí denominamos escolar, es decir, desde los 6 hasta los 14 años y como entrenador del infantil de segundo año.
Un año increíble que nos lo cortó desgraciadamente la pandemia. Una pena. Pero gracias a ello, con mi gran amigo Ibon Landa, otro de los causantes fundamentales de mi proyección, pudimos subirnos a la ola de Dimension Football y ahí comenzamos, entre otras muchas cosas, con la andadura de la gestión, coordinación y como entrenador en el Zalla UC hasta ahora. Además, he tenido la suerte de poder ser el seleccionador de Bizkaia durante la temporada pasada.
¿Cómo ves tú profesión en los banquillos?
Para mí, entrenar no es solo un hobby, es mi trabajo. Tengo la inmensa suerte de que así sea. Y por ello, tengo una visión profesional de mi desempeño. Soy consciente de la gran responsabilidad que tenemos con los chavales y su crecimiento.
Pregunta difícil ¿Entrenador o formador?
Probablemente, es la pregunta más fácil de todas. FORMADOR en mayúsculas. Lo que pasa es que formamos entrenando, por lo que evidentemente somos ENTRENADORES. Lo he dicho antes, tenemos una gran responsabilidad con la educación de los chavales. Y aquí es donde comienzo a discrepar con la mayoría de clubes. Muchos dicen que “los chavales tienen que venir educados de casa”.
Esa es una actitud muy peligrosa. Si eres consciente de lo que dices, a mi juicio eres un irresponsable. Si no eres consciente, eres un ignorante. Somos un agente de los más importantes en el correcto crecimiento emocional, condicional, social, … de los chavales por la gran influencia que tenemos en ellos.
El fútbol es su pasión. Los entrenadores somos sus ídolos.Están abiertos y muy vulnerables a ser gravemente dañados para el resto de su vida. Es una etapa muy sensible. No podemos eludir esta responsabilidad. Y todavía no hemos hablado de fútbol. Pero es que antes que ser futbolista, un chaval tiene que ser buena persona.
Es innegociable que el primer mandamiento de cualquier proyecto deportivo en un club sea: “Desarrollaré a los jóvenes como personas íntegras, con valores, responsables, … Que le permitan seguir creciendo sanos psíquica y físicamente”. Y esto no es fácil.
Pregunto a los entrenadores / coordinadores que están leyendo estas líneas: ¿somos conscientes de nuestra responsabilidad?, ¿cuáles son nuestras actitudes? ¿Qué queremos de nuestros jugadores / equipos? ¿Estamos dispuestos a renunciar a cosas por ser ejemplo de nuestros jugadores?
Soy Director de la escuela de entrenadores de CENETED en Bizkaia y uno de mis mayores retos en sensibilizar a los alumnos y futuros / presentes entrenadores de la importancia que tenemos.
¿Qué es lo que busca Ander entrenando en una categoría tan compleja como la base?
Vamos a hablar un poco más de fútbol. Una vez escuché a David Aznar, actual entrenador del primer equipo femenino del Athletic Club, decir que “es una lástima que cuando realmente sabemos más del juego, ya no tenemos edad para practicarlo”. Es una gran afirmación y coincido con él al 100%.
Por eso estoy obsesionado con que los jugadores comprendan la complejidad del juego. Creo que nuestra labor es acompañarlos en su proceso. Para ello tenemos que entender que esto es un proceso de enseñanza-aprendizaje.
Tiene 4 etapas: la inconsciencia incompetente (no sé qué existe y no sé hacerlo), consciencia-incompetente (sé que existe, pero no sé hacerlo), consciencia-competente (sé hacerlo, pero necesito estar al 100% concentrado en hacerlo) e inconsciencia-competente (sé hacerlo sin necesidad de pensar).
El fútbol está montado para llegar lo antes posible al último paso y obtener rendimiento inmediato. El entrenador que no para de dar instrucciones desde la banda y los jugadores ganan partidos … ¿Qué ocurre cuando el joystick ya no está? ¿Dónde están los jugadores en el proceso? Imanol Ibarrondo asemeja una bellota a una persona. Una bellota solo necesita plantarse en un sitio fértil, regarla y de ahí saldrá un roble increíble. Es cuestión de tiempo.
No hace falta “meter” cosas a nuestros jóvenes. Solo acompañarlos, ellos ya tienen todo dentro de serie. Hagámosles observar (mirar vs. ver, oír vs. escuchar, sentir, …) y que tomen decisiones. Que se equivoquen, que acierten, … Y nosotros ahí, observando y acompañándolos con preguntas desde la tranquilidad. Luego podremos hablar en más profundidad de la metodología de entrenamiento, pero esto lo tenemos que tener muy claro.
¿El objetivo de la formación en la base debe ser…?
El éxito rotundo es generar adherencia al deporte, que sean buenas personas y crezcan sanos. Si encima somos capaces de hacer pensar al jugador y que tome sus decisiones en función de lo que percibe en cada uno de los contextos a los que se enfrenta, dotándole de recursos técnicos y tácticos, pues entonces nuestro trabajo será increíble.
En el alto rendimiento, el éxito nuestro sería acompañar al talento hasta la élite molestándole lo menos posible. El fútbol es de los futbolistas. Nosotros pintamos muy poco en todo esto. Pero desgraciadamente los agentes que rodean a un jugador adquieren más protagonismo de lo que debieran. Egos (yo le descubrí, yo le formé), representantes que quieren firmar lo antes posible el contrato, acelerando de forma negligente el proceso de un chaval.
Hay un gran debate ahora sobre si es conveniente saltarse etapas. Lesiones de gravedad, caída de rendimiento prematura, problemas psicológicos, … ¿Quién es el culpable? ¿Un joven de 16/17 años? O a los que le rodean les interesa para ganar dinero, que no se vaya, …. Para mí, es innecesario. Con esto no quiero decir que pueda haber excepciones. Pero es que cada día veo a más juveniles de primer/segundo año debutar en categorías senior. Y me preocupa.
La labor de todos sería mirar por el bien del chaval y no mercadear con él. Pero esto ya lo hemos normalizado. Lo asumimos desde benjamines con las captaciones de los clubes de turno ofreciendo categorías y proyectos inexistentes. ¿Qué buscan esos clubes? ¿Qué buscan esos entrenadores? Yo lo tengo muy claro: su beneficio personal (EGO del entrenador) o el beneficio del club (EGO del club). Dejar de vender motos y atender a los chavales que tenéis.
Si tienes que fichar varios jugadores por temporada muy mal estás haciendo tu trabajo. Piénsalo.
¿Cómo es tu trabajo como coordinador del futbol base?
Es uno de los trabajos más ingratos que conozco. Estás todo el día tomando decisiones y por ello te expones constantemente a la opinión de todos los agentes que participan en todo esto: padres, chavales, entrenadores, directivos, clubes, representantes, federaciones, ayuntamientos, … Lo fácil es dejarse llevar, pensar que el tiempo pone todo en su sitio y dejar que las cosas pasen.
Pero si quieres hacer cosas diferentes tienes que ser diferente y tomar decisiones diferentes. No hay otra. Por eso es muy importante tener un proyecto que creas en él, que te sientas identificado y que pelear por él merezca la pena. Hay un dicho en euskera que dice “ezina, ekinez egina” que significa, lo imposible con esfuerzo se consigue. Considero que soy un gran valor en cualquier club de cantera porque mi foco está puesto exclusivamente en el jugador.
El único ego que tengo es que se reconozca que mis jugadores son cada día mejores. Ahí sí que saco pecho. Ganar y perder forma parte del proceso. Evidentemente, quiero ganar, porque el deporte es así, pero no vale cualquier cosa. El cómo se gana o se pierda es fundamental.
¿Qué buscas en los entrenadores de la base?
Parece que es muy típico asegurar que los padres sobran en todo esto del fútbol base. Es un drama escuchar esto. Pero … ¿Cómo no van a pintar nada? ¿Estamos locos? Son sus padres, pintan todo. Tenemos que involucrar a los padres en el proceso, hacerles entender lo que es y lo que estamos trabajando con sus hijos.
A partir de ahí, todo es coser y cantar. Creo que los entrenadores deben hablar mucho con los padres. Por supuesto de fútbol no. Pero de cuál es su papel en todo esto sí. Nunca me han expulsado, nunca he tenido tánganas en los partidos, … Puedo afirmar rotundamente que si el proyecto y el entrenador son tranquilos y están enfocados no hay ningún problema de violencia. Esto es lo principal que busco en los entrenadores.
A partir de ahí, soy muy exigente con mi trabajo y me gusta que tengamos todos una misma idea. Todo el proceso tiene que tener una trazabilidad clara. Me gusta cuando escucho que reconocen los equipos independientemente del entrenador que sea. Por ello, todos tienen claro que son entrenadores de club, todos ayudamos en todo y nos ponemos a disposición de los jugadores. Los entrenadores que no están en esta línea, se caen solitos.
Quiero entrenadores que les guste aprender, ambiciosos en el conocimiento, inquietos en los métodos, atentos, valientes, proactivos, … Entrenadores que sean capaces de “provisar” ante cualquier situación. ¿Qué es provisar? Es una palabra que me he inventado para decir que estamos preparados ante cualquier situación y que la improvisación está estudiada.
¿Cómo te empezaste a introducir en el mundo del Big data?
En mi trayectoria profesional pre-futbol estaba todo el día inmerso en millones de datos que nos ayudaban a tomar decisiones estratégicas, saber si lo que conseguíamos era lo que buscábamos, … Es decir, nos apoyábamos en el dato para observar los procesos. Mi visión del fútbol a estas alturas de la entrevista está claro que esto lo veo como un proceso que necesitamos evaluar constantemente para saber si estamos o no dentro de los parámetros que nos interesan.
Y los datos que se generan en el fútbol nos pueden y nos deben ayudar a tomar decisiones de toda índole. No quiero decir que lo que diga el dato va a misa, pero sí que tiene un cierto valor o un gran valor en función de las circunstancias, de dónde viene, cómo se ha procesado, … Tengo un proyecto en marcha que me encantaría introducir en un club de cantera. Es un proyecto que necesita tiempo e inversión.
Tristemente, hoy en día es muy complejo que alguien compre esto. Es un proyecto que, a través del dato y de la Inteligencia Artificial, seamos capaces de conseguir qué tipología de tareas, que periodización de contenidos, cuándo enseñarlos, qué estructuras de sesiones, … Tienen más impacto en los jugadores para la comprensión del juego.
Podríamos decir incluso hacia el estilo de juego de un club, aunque me parece un poco restrictivo. Pero bueno, es solo un proyecto que tengo en mente y estoy poco a poco escribiendo.
¿Qué es lo más importante para realizar este trabajo?
Como todo en la vida, la formación. Es fundamental tener un alto nivel de competencias tecnológicas. Hoy en día hay un gran número de software genéricos y específicos que nos pueden ayudar en nuestro día a día. Decir que gastar en tecnología es un gasto es sinónimo de que estas personas están en el punto de inconsciencia incompetente, es decir, no saben lo que se puede llegar a hacer y evidentemente no saben hacerlo.
Lo difícil es saber discernir cuál es el software adecuado e incluso diseñar uno a medida como hacemos en Dimension Football ayuda y mucho a todos los agentes implicados. No podemos ahogarnos en la inmensidad del dato. Necesitamos preguntarnos ¿qué necesito para mi día a día? ¿Qué valor le doy a esos datos, videos, sesiones, …?
Tener el programa adecuado nos facilitará y dará veracidad a todo lo que hacemos. Debemos estar abiertos al futuro. Y el futuro va a depender del dato seguro. Cuanto antes lo normalicemos mejor.
¿Qué metodología sueles utilizar en tus equipos?
Para poder diseñar el plan metodológico lo primero que debemos saber es dónde estamos o dónde vamos a ir. Un análisis detallado de la situación del club / equipo. Tener definido qué estilo de juego queremos. Desarrollarlo en profundidad. Por ejemplo nosotros queremos ser protagonistas con balón, quererlo, amarlo, respetarlo.
Intentar generar ventajas bien sean dinámicas, numéricas, posicionales, cualitativas, … desde la observación de los espacios y la relación entre los jugadores. En momento sin balón queremos ser presionantes, recuperar el balón lo antes posible. Para ello hacemos mucho hincapié en cómo estamos antes de la pérdida.
Presionar la salida de balón en bloque alto, entendiendo mi rol en base al balón, los espacios y las ventajas. Transiciones ofensivas siempre mirando lejos e intentar jugar a “hacer daño” en este momento de desajustes. Quiero que quede claro que en nuestra manera de entender el juego no descartamos ninguna forma de jugar. Somos combinativos, directos, replegantes, proactivos, … y eso es lo que ofrecemos a nuestros jugadores a través de contextos.
Los contenidos de la metodología la basamos en comportamientos asociados a los principios de juego. Atendemos muchísimo al jugador que, a través de objetivos individuales, insistimos en los aspectos micro que llevan asociados esos comportamientos. Un equipo está formado por jugadores que se relacionan entre sí. Por lo que cada jugador debe entender qué hace él en cada momento en función del rival, compañeros y por supuesto el balón.
Creamos tareas donde el balón siempre está presente, desde algo más sencillo como puede ser una tarea analítica con o sin oposición, para presentar el comportamiento, lo evolucionamos hacia un juego de posición / situación, aplicación, donde suele haber direccionalidad pero no polaridad, y donde están presentes los 4 momentos del juego. Y acabamos con la tarea más importante que considero que siempre debería estar en todo entrenamiento: el partido, condicionado o no, respetando la lógica interna del juego.
Para nosotros lo más importante son los objetivos de la semana, que habitualmente son transversales todos los días y que queremos ver en la competición. Queremos que los jugadores lleven al plano consciente el comportamiento y poco a poco ir subiendo los peldaños. No nos fijamos en el rival, lo que nos importa es lo que tenemos planificado.
Aunque si es verdad que utilizamos la competición para incidir más en algunas cosas que en otras porque se van a dar por las circunstancias del rival. Los principios de juego son transversales a todo el club, desde los 8 años hasta los 19 años. Lo que varía son los comportamientos asociados que son elegidos en base a las capacidades de cada jugador (edad, desarrollo, …)
¿Qué es para Ander Futbolverdadero?
Futbolverdadero es una gran idea para poder avanzar en este deporte. Estamos inmersos en un momento donde la sociedad no valora lo que se trabaja con cuotas ridículas que evidentemente impiden la profesionalización del futbol base, un momento de violencia increíble, preocupante.
Hemos normalizado insultar, chillar, … Ojalá a través de iniciativas como esta, seamos capaces de reflexionar, tomar aire y girar el rumbo hacia donde se merece este grandísimo deporte. Larga vida a futbolverdadero y un agradecimiento especial para Xabi.
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